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Shinobu seguía viendo la prueba de embarazo que estaba en el escritorio que ella usaba, su asistente estaba pensando en que hacer para que esa prueba no saliera de la habitación y más que nada. Que por el momento su otro jefe, Tomioka Giyuu no se diera cuenta.

-Mi señora, puedo esconder la prueba en mi habitación, nadie tiene acceso a entrar y... - Ella fue interrumpida.

-Le diré, trataré de decirle hoy, pero no quiero estar encerrada en la finca- Ella temía ahora por su vida, si su pareja la sobre protegía mucho ahora con el embarazo sería más cuidadoso- Élie, quisiera que pidieras la cena para el cuarto que está en el sótano, no quisiera que nadie interrumpa lo que le quiero decir- Ella tocaba con cuidado su vientre- Trataré de cuidarme de ahora en adelante, quisiera que mi hermana hubiera sido la primera en saber... - Su voz se entre cortaba y empezó a sollozar.

Siendo consolada con un abrazo reconfortante, Élie entendía el sentimiento de perder a alguien, tener la angustia de que seguirá o no vivo, o. No quería pensar en lo segundo, sus padres fueron encontrados muertos hace muchos años, no quería que su señora pasará por ese dolor.

Solo la abrazo con mucha fuerza, dándole unas cuantas palmaditas, ella se estaba conteniendo en no llorar, pero ya eran demasiados días en que la hermana mayor, Kochō Kanae no estaba siendo encontrada.

Su cuñada también estaba en gestación, ahora que estaba secuestrada todos estaban preocupados en que la mafia no les hiciera algún daño, ella temía a que le hicieran algo ya qué. Siendo alguien importante junto a su cuñada eran las más importantes, al igual que su hermana, tenían acceso a varios lugares, entre ellos las minas de los Rengoku y los laboratorios de la familia Kochō.

Tenía que empezar a tomar medidas drásticas, fue sentada con cuidado en su silla, su asistente le sirvió un vaso de agua de la jarra para que se tranquilizara. No querían levantar sospechas.

-Mi señora tengo que ir a preparar todo.

-Si por favor.

-Con permiso.

La chica se retiró del lugar para dejarla reflexionando un poco de la situación.

-Un bebé... -Empezó a susurrar- Quisiera que todo esto acabará para que seamos felices todos, pero te protegeré con mi vida.

Se abrazaba a si misma pasando sus manos por su vientre, estaba pensando detenidamente como abordar el tema, sin necesidad de que Giyuu tomará medidas de encerrarla siempre en su finca.

En un lugar más alejado de las famosas fincas de los pilares, se encontraba un hombre de piel demasiado pálida empezando a experimentar con una rara flor roja, extrayendo un líquido rojo. Dos chicas se encontraban sentadas frente al hombre. Pero fue interrumpido por un hombre encapuchado, quién por sus pasos traía muy malas noticias.

-Señor Kibutsuji- Él hombre no le prestó tanta atención, hasta que dijo unas palabras que lo hicieron enojar- Rengoku está vivo.

Aplastando el tubo de ensayo, los vidrios se encajaron en su piel pálida, pero eso no le importaba en lo absoluto. Tomó al hombre por el cuello de su camisa para estamparlo contra el escritorio, asustando a ambas mujeres.

Una de ellas estaba muy feliz de que su esposo estuviera bien, ahora solo les quedaba salir de ahí pronto.

-Acaso, ¿Necesitan que yo este limpiando sus desastres? - Él hombre estaba temblando del miedo, al saber que había fallado en su misión, escucho rumores de otros colegas que su jefe se cobra los errores con su vida o con una paliza que lo mandara en coma- Estas feliz- Miraba a la chica embarazada- Tu esposo está vivo, debió de morir junto a ti.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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