Seguían tomando de sus copas, hasta qué el acercó al mesero para pedirle otra ronda, Shinobu trató de sacar su cartera pero, él se lo impidió.
-Yo pagó, pide lo que quieras.
-Uf, uf~ que caballeroso eres Tomioka-san.
Él ignoró ésto, pero de vez en cuando él la volteaba a ver para apreciar lo hermosa que se veía, algo muy peculiar en ella era que siempre usaba su broche de mariposa. Esta vez no lo traía, su cabello estaba suelto.
Kocho no sólo se dedicaba a la medicina, también tenía su fundación para niñas, niños y mujeres, llamado “Mariposas libres” no solo tomaba a niñas de esas reuniones, también se dedicaba a rescatar mujeres que habían sufrido violencia familiar, mujeres, niñas y niños que habían sufrido algún tipo de abuso sexual.
Dandolos a algunos en adopción, otros se quedaban a ayudar con la finca o en otros casos, estudiar para seguir apoyando a la finca de la mariposa. Agradecían a la familia Kochō por haber salvado sus vidas, haciendo esto como algo a cambio.
Shinobu estaba feliz de que la mayoría estudiaban medicina para poder trabajar en la finca, o hacer que su agenda se liberará para ayudar en campañas que vacunación, Papanicolaou, ginecología y más.
Ella estaba pidiendo su tercer Martini, Giyuu por otro lado estaba pidiendo la botella de whisky, quería por lo menos tener el valor para hablar con ella.
-Tomioka-san- Ella tenía sus mejillas coloreadas- Bailemos.
Notó que ella ya estaba un poco borracha, bailando al son de un bals tan romántico, él pegando su cuerpo al de ella y ella inhalaba su perfume. Era como si él tuviera la fragancia del mar, era tan salado y le daba una calma.
Notando que la música cambiaba a una más animada, “September” sonaba en el Salón, ya eran pocas las familias que quedaban. Al igual que niños en el lugar, los encargados de los pilares empezaban a recoger niños que no habían sido escogidos por las familias adineradas.
Giyuu también tenía su fundación, la cual se encargaba de atenderlos, había unas ocasiones en que son adoptados, sus amigos Makomo, Sabito se encargaban de éso. Darles estudio y cuando ya eran mayores de edad estaban preparados para afrontar el mundo.
La mayoría de los niños estaban muy agradecidos con Urokodaki y los demás que hacían que la finca fuera el lugar seguro de los niños.
La mayoría de estos eran personas que perdieron a sus padres gracias a la Mafia de “Demonios”
Los llamaban así porque no usaban armas, si las usaban, tenían alguna sustancia que era difícil de detectar. Shinobu aún no lograba hacerlo.
Volviendo a sí, Shinobu se iba acercando, invadiendo su espacio personal. Giyuu quería controlarse pero, el whisky no lo ayudaba.
La beso.
Primero fue casto, haciéndola separarse para volver a hacerlo con un poco más de cariño, estaba loco por ella. No lo podía admitir del todo, su beso se iba haciendo más intesno.
No les importó si alguien los vio, la jaló para llevarla a su auto, pero la cosa no paro ahí. Ella lo jaló de su corbata, queriendo besarlo de nuevo, arrancó el auto, no sin antes acariciar sus piernas hasta subir un poco más.
Hasta llegar al estacionamiento, entrando en su cajón, ayudándola a bajar para entrar al elevador, eran al menos desde el sótano a su apartamento, ocho pisos.
Los cuáles los aprovecharon al besarse, él acorralandola, acariciando sus piernas. Subiendo hasta el inició de sus bragas, tocando ese lugar prohibido que ya conocía perfectamente, sus lugares más sensibles.

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ℓα ƒιєѕτα ∂є ℓοѕ ριℓαяєѕ~
أدب الهواةUna gran fiesta organizada por la gran familia Ubuyashiki, con el afán de dar un poco de felicidad a muchos niños desafortunados que han perdido a sus familias. Los nueve pilares de la familia hacían extremas donaciones y además, adoptaban a los ni...