III

63 10 1
                                    

Shinobu se encontraba acariciando unas flores de glicinas, al igual que unos tulipanes que estaban en un ramo cerca de sus macetas. Giyuu había mandado esa mañana un ramo con tulipanes y varias glicinas en la puerta de su casa.

Ese día no saldría ya qué, seguiría investigando la causa por la cual Nezuko había perdido su vista.

No podía deshacer el veneno.

Pero escuchó un estruendo en el pasillo.

-Giyuu-san, le hemos dicho que Shinobu-sama esta muy ocupada- Era la asistente, Shinobu se asustó, era raro que él viniera así.

-Necesito hablar con ella- El estruendo término al ver cómo deslizaba la puerta, se veía molestó.

-Puedes dejarnos Élie, no quiero que nadie nos moleste.

-Si- Ella dio una reverencia muy rápida- Lo siento Shinobu-sama.

La chica deslizó la puerta con mucho cuidado, ahuyentando a los metiches que se querían acercar o saber de qué hablarían. Aunque por la cara del chico, algunas de ellas ya se daban cuenta.

-Me puedes explicar ésto.

-Porque no me dijistes lo de Kanae- Ella cambio su rostro a uno muy pálido- ¿Cuándo me lo dirías?

-¿Quién te dijo?

-¡Qué importa quien me dijo Shinobu! - Él estaba molestó, más que eso, se sentía traicionado. Era su novia y su prometida, su futura esposa, si le ocultaba ésto podría mandar a la basura la confianza que le tenía- Ahora entiendo porque querias casarte pronto.

-Giyuu mis sentimientos son reales, es verdad lo que te dije, quiero casarme. Giyuu ya tengo 26 años. No puedo andar de noviecita de manita sudada, necesito sentar cabeza, tener descendencia.

-Pudistes haberme dicho y... -Él paró ya qué, ella empezó a derramar lágrimas, su expresión no cambiaba. Ella toco sus mejillas al sentir sus lágrimas- Lo siento yo...

-No entiendes Tomioka-san- Ella cambió su tono de voz- No entiendes la desesperación de tener que esperar a que las autoridades o el patrón la encuentren viva o muerta- Ésto último lo dijo con un hilo de voz, se le cortaba, no quería llorar frente a él. No quería ser débil, siempre demostraba valentía y orgullo. Ahora se le estaba quebrando al tener que enfrentar a su novio con ésto- No sabes que es una pérdida tan grande.

-Claro que la se- Él se acercó para tratar de abrazarla, ella dudo un poco, pero se acercó sintiendo su calma y escuchando de cerca los latidos de su corazón- Perdí a mis padres, mi hermana me protegió a pesar de estar enferma y gracias a mi abuelo... - Detuvo sus palabras para mirarla a los ojos- Estoy aquí contigo.

Ella había olvidado que a veces Giyuu le abría su corazón sin necesidad de insistir, tenía que al menos recompensar le este mal momento.

Shinobu pasó sus delgados brazos por su cintura para poder apretarlo en el abrazo, él siendo tan protector respondió a su abrazo besando su mejilla y escondiendo su rostro en su cuello. Inhalando su perfume, las glicinas iban con ella.

No querían romper este momento, pero la asistente de Shinobu tuvo que entrar de inmediato, rompiendo el momento, Giyuu sostenía la mano de ella.

-Discúlpenme pero llegó un cuervo a la casa mi señora, es sobre la familia Rengoku.

Giyuu se sorprendió, al igual que su pareja, temían lo peor ya que la hermana mayor de él estaba ahí.

-¿Qué dijo el cuervo Élie? -Ella no quería dar la noticia.

-Atacaron la Finca del Pilar.

Giyuu por instinto corrió a la salida, sabía la salida de ese lugar, buscando en su pantalón las llaves de su auto. Pero no tenía previsto que alguién ya lo estaba siguiendo, con ella venían sus sandalias en su mano derecha. Batallaba en seguirle el pasó ya qué, su kimono no la dejaba moverse mucho.

ℓα ƒιєѕτα ∂є ℓοѕ ριℓαяєѕ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora