El bar

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Freen y Faye, una vez listas, salieron juntas hacia el bar. Faye, como de costumbre, se aseguró de que Charlotte estuviera bien protegida, encargando a los guardiasque vigilaran su seguridad.

Al llegar al bar, el ambiente era bullicioso, lleno de risas, música y luces tenues que le daban ese aire de despreocupación que ambas buscaban. Como siempre, encontraron a algunos amigos, quienes ya estaban reunidos en una mesa cerca de la pista de baile. Faye y Freen se unieron sin pensarlo dos veces, pidiendo bebidas y relajándose mientras charlaban animadamente.

La conversación fluía, entre bromas y risas hasta que ambas hermanas vieron entrar a las hermanas Sathian

POV FAYE

Faye:- (bebiendo un sorbo de su trago) Aquéllas son...

Freen:- (mirando a su alrededor) Son las hermanas de Engfa.-

Justo en ese momento, al otro lado del bar, las figuras de Becky y Yoko pareció cerca de la barra. Ambas se veían impresionantes, como siempre.  Freen no dejo de mirar a Becky, con su aire relajado pero seguro, mientras que la menor, Yoko, tenía toda mí atención, ella no dejaba de sonreír, lo que alteraba mis pulsaciones.

Freen:- Bueno, parece que la noche acaba de volverse interesante.- (sonriendo)

Intercambiamos miradas antes de tomar un nuevo sorbo de whisky.

POV BECKY

Salimos de la empresa justo al terminar el día de trabajo, Yoko estaba entusiasmadas por la idea de pasar la noche en un bar. Ambas habíamos decidido de forma impulsiva que necesitaban una noche de diversión. Sin embargo, sabíamos que lo mejor seria informar a Engfa, ya que solía preocuparse, así que la llamamos por teléfono mientras nos dirigíamos al coche.

Cuando Engfa contestó, su voz reflejaba sorpresa, y luego una clara molestia.

Engfa:- ¿Cómo que van a salir? ¡Las estuve esperando para cenar! Podrían haberme avisado antes...

Intercambiaron miradas de culpabilidad. No era raro que Engfa se enojara cuando hacíamos planes sin contarle. Había sido casi una segunda madre para nosotras, cuidándonos desde pequeñas, y siempre estaba pendiente de cada detalle. Pero esa noche, la emoción del plan les había hecho olvidarse de avisarle con tiempo.

Becky:- Lo sentimos, Engfa. Se nos pasó decírtelo. Pensamos que nos vendría bien relajarnos un poco después del trabajo.

Yoko:- Sí, no fue a propósito. Solo queremos salir un rato, te prometemos que no será hasta tarde.

Engfa, al otro lado de la línea, suspiró, todavía un poco molesta, pero sabiendo que no podía controlar cada movimiento de sus hermanas más jóvenes.

Engfa:- Está bien... Pero quiero que se cuiden, ¿entendido? Y nada de quedarse hasta tarde. Quiero que me avisen cuando estén de vuelta y lleguen a casa seguras.

Becky:- ¡Lo prometemos! Nos cuidaremos.

Yoko:- Te llamaremos cuando volvamos, no te preocupes.

La tensión en la voz de Engfa comenzó a desvanecerse, aunque aún quedaba un toque de advertencia.

Engfa:- Bien, espero que así sea. Pasen un buen rato, pero con cabeza. No quiero enterarme de que han hecho alguna tontería.

Reimos suavemente, aliviadas de que nuestra hermana mayor finalmente se hubiera calmado.

Becky:- Lo tenemos todo bajo control, Engfa. Te mandaremos un mensaje cuando estemos de vuelta.

Con la conversación terminada y la tensión disipada, ambas nos dirigimos al bar, emocionadas porque hace mucho tiempo no salíamos a un bar.

Entre el poder y el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora