Harry Potter y el Tesoro Oculto (Español)(Volumen 1)

Capítulo 120 Hombre lobo vs. Perro

Justo cuando ambos estaban en desesperacin, pensando que todo llegaba a su fin, Evan vio un perro negro, enorme como un oso, emergiendo repentinamente del callejn lateral.

Era Sirius Black quien se abalanz ferozmente sobre el cuerpo del hombre lobo desde el costado.

Los dos hombres rodaron hacia un lado de la nieve. Black agarr el cuello del hombre lobo y lo alej, mantenindolo lejos de Evan y Hermione.

Greyback estaba araando salvajemente e intentando desgarrar al gran perro negro.

El hombre lobo y el perro se enredaron juntos, sus mandbulas contra el mentn del otro y sus garras desgarrndose la piel.

Los otros tres se quedaron a un lado y quedaron completamente abrumados por el espectculo. Si la lucha de magia ortodoxa de Evan contra Greyback fue impresionante, qu decir del encuentro fsico a fondo de Black con el hombre lobo?

Los dos se golpearon de la manera ms primitiva posible, mordindose la carne hasta sangrar.

"Estpido, deja al perro y ve a morder a los dos jovenes magos", grit el mago oscuro.

Agit su varita y estaba listo para separar al hombre lobo del gran perro que tena encima.

Pero se detuvo inmediatamente al ver una figura enorme ms all del comn corriendo en su direccin desde el callejn.

Era Hagrid, que gritaba los nombres de Evan y Hermione.

El Mago Oscuro lanz un hechizo aturdidor a Hagrid. Al igual que ocurri con Greyback, lo sacudi ligeramente y l grit.

"Maldicin, maldicin!" El Mago Oscuro grit, mientras se preparaba para usar "Avada Kedavra".

Antes de que pudiera hacerlo, unas luces rojas vinieron desde atrs de Hagrid, y tuvo que agacharse para evitar los hechizos.

Evan luchaba por levantar la cabeza y vio a la Profesora McGonagall, el Profesor Flitwick y los dos Aurores del Ministerio de Magia siguiendo a Hagrid.

Era un rescate. l y Hermione estaban a salvo.

Finalmente, Evan pudo calmarse. Realmente estaba cansado y exhausto ese da, y no le quedaba nada en l.

No le llev mucho tiempo ver nada ms que oscuridad.

"Basta, ya es suficiente! Nunca volver a colaborar con un hombre lobo, NUNCA!" El hombre enmascarado negro se levant del suelo. Se apresur hacia Sirius Black y Greyback de manera grosera, agitando su varita.

Fueron separados y Black quiso volver a correr, pero fall.

El mago oscuro inmediatamente agarr a su compaero hombre lobo y pareca como si se convirtieran en un fantasma al desvanecerse.

Black parpade, su cuerpo estaba magullado, y gimi retrocediendo, mirando a Evan y Hermione. Luego desapareci en el rincn oscuro de la calle.

Cuando Evan recobr la conciencia, se dio cuenta de que haba regresado al hospital de la escuela. Sus miembros se sentan pesados como plomo, y sus ojos estaban demasiado pesados para levantarlos.

Se oblig a abrir los ojos y se encontr acostado en una cmoda cama. Poda ver a la seora Pomfrey en un extremo de la sala, dndole la espalda y inclinndose sobre el borde de la cama.

Evan movi la cabeza sobre la almohada. Hermione estaba acostada en la cama a su derecha. La luz de la luna brillaba sobre su cabeza con los ojos abiertos.

Pareca aterrorizada, y al ver que Evan se despertaba, su rostro se mostr aliviado.

Al ver que Evan quera hablar, Hermione puso rpidamente un dedo en sus labios, y luego seal la puerta lateral del hospital escolar. La puerta estaba entreabierta, y Evan escuch la voz del Ministro de Magia Cornelius Fudge desde el pasillo exterior filtrndose por la puerta.

"Esto es tan impactante y alarmante. El hombre lobo Fenrir Greyback apareci en Hogsmeade. Y atac a dos estudiantes! Fue un milagro que ninguno de estos dos nios muriera".

"Afortunadamente, el chico de Mason es muy fuerte. Resisti al monstruo por un tiempo, si no fuera por eso" Esa era la voz de la Profesora McGonagall.

"S, Minerva, gracias a Evan!" Asinti Fudge incmodo. "Quin iba a imaginar que esto sucedera? Cuando ocurri el ataque, estbamos realmente sentados en la posada de las Tres Escobas cercana. Si hubiera sido un incidente ms grave, apenas puedo imaginar lo que dira el Profeta Diario maana por la maana."

"El Ministerio ya estaba en un lo por la fuga de Sirius Black, y ahora llega Fenrir Greyback para echar ms lea al fuego. Ambos son los criminales ms peligrosos y buscados en este momento." Suspir Fudge. "Y los Dementores, acabo de verlos. Exigieron refuerzos y un aumento en sus nmeros."

"No aprobars su demanda, verdad Fudge? Ya hay 200 de estos monstruos acechando fuera de Hogwarts. Esto no es Azkaban. Esas horribles criaturas estn por todas partes. Cmo se supone que enseemos?" dijo bruscamente la profesora McGonagall, "Albus no estar de acuerdo con este asunto."

"Exacto!" exclam el profesor Flitwick. "Creo que no podemos seguir aumentando el nmero de Dementores sin ms. No han tenido ningn efecto excepto para infundir miedo. No han logrado capturar a Sirius Black, ni detener a Greyback. Hace dos meses, incluso intentaron entrar en la escuela."

"Es cierto que a m tampoco me gustan. Pero con la situacin actual, me resulta muy difcil no aprobarlo. Como hicimos despus del ataque de la Serpiente Basilisco durante el ltimo semestre, el Ministerio de Magia debe tomar medidas para garantizar la seguridad de los jvenes magos que asisten a Hogwarts." Fudge se retorci el cuerpo. "Hablar con Dumbledore sobre esto y l estar de acuerdo."

"No hay nada ms que hablar en este asunto. Ya te he expresado mi posicin al respecto, Cornelius." La voz de Dumbledore se escuch. Acababa de llegar al hospital de la escuela. "Recuerdas la conversacin que tuvimos antes del comienzo del semestre? Doscientos Dementores es el lmite de lo que puedo aceptar."

Al escuchar las palabras de Dumbledore, Fudge sonri y record la conversacin.

Ms bien, fue ms como un acuerdo. Acept apoyar a Dumbledore en contratar a un hombre lobo para que se convirtiera en profesor en Hogwarts, mientras que Dumbledore respaldaba su decisin de traer a los Dementores alrededor de la escuela para ayudar al Ministerio de Magia a capturar lo ms pronto posible a Sirius Black.

Al mirar el rostro tranquilo de Dumbledore, Fudge se sinti avergonzado. Haba una sensacin extraa en su corazn. Aunque fuera el Ministro de Magia, el hombre al que se enfrentaba era el mayor hechicero blanco del mundo en la actualidad. No le quedaba ms remedio que aceptar sus elecciones.

Se senta realmente mal, pero Fudge tuvo que admitir que necesitaba el apoyo de Dumbledore.

Con el prestigio de Dumbledore, saba que no sera una tarea fcil si tuviera que reemplazarlo por cualquier otra persona.