Capítulo 161 La Recompensa de los Acromántulas

1 0 0
                                    

Descendiendo por la empinada pendiente durante aproximadamente veinte minutos, Evan lleg a la cresta de una extensa hondonada, una hondonada que haba sido despejada de rboles. Mirando hacia arriba, poda ver el vasto cielo estrellado.

El espacio abierto en el centro de la hondonada estaba cubierto de gruesas hojas. Al pisarlas, Evan tuvo la sensacin de caminar sobre una alfombra. Vio a Peter Pettigrew y a la araa que lo haba llevado en medio del espacio abierto. Frente a ellos, se encontraba una enorme telaraa brumosa y abovedada.

"Evan, Evan, viniste a salvarme! Saba que vendras!"

Pettigrew lloraba en voz baja, luca extremadamente miserable. Se estremeca en el suelo sin dignidad. Se arrastraba como un gusano, temblando, y deca, "Por favor, no me dejes solo aqu, no..."

"Cllate!", dijo Evan furioso.

Peter continuaba llorando y estaba perturbado. Su apariencia haca que Evan se sintiera enfermo y lo despreciara.

Estaba triste, dbil, estpido en extremo... Por qu existe siquiera una persona as?

Evan no mir a Pettigrew; dirigi su mirada hacia la araa a un lado.

Esta se deslizaba sobre las gruesas hojas, sus ocho patas se balanceaban ligeramente, cuatro de sus ojos de un lado lo miraban a l y a Pettigrew, y los otros cuatro ojos observaban la enorme telaraa no lejos de all.

Clic, clic, clic...

Mova rpidamente sus tenazas, emitiendo un rpido y agudo clic.

Evan de repente se dio cuenta de que la araa estaba diciendo algo. Haba sido difcil de distinguir, porque haca clic con sus tenazas con cada palabra que deca.

"Aragog", llamaba, "Aragog!"

Y del centro de la telaraa abovedada y brumosa, emergi una araa del tamao de un elefante pequeo, muy lentamente. Haba gris en el negro de su cuerpo y patas, y cada uno de los ojos en su fea cabeza con tenazas era blanco lechoso. Estaba ciego.

Al ver a Aragog, Evan apret involuntariamente su varita en su mano.

Este monstruo deba ser la mascota de Hagrid, el ancestro de todos los Acromntulas en el bosque.

La imagen frente a l era demasiado aterradora, a pesar de estar mentalmente preparado, cuando esta araa gigante apareci, Evan descubri que haba subestimado el tamao del monstruo.

Tena ocho patas, cada una ms gruesa que el propio cuerpo de Evan!

Peter Pettigrew, que haba estado encogido en el suelo, de repente dej de temblar; su boca se abri de par en par y pareca emitir un grito silencioso, sus ojos a punto de salirse de las rbitas.

Esto era simplemente una pesadilla. No, esto era mil veces peor que eso!

Con la llegada de Aragog, incontables Acromntulas salieron de la nada.

Cada una era ms grande que las tres que atacaron a Evan y Peter Pettigrew. Se agruparon. Al ver a las personas en el centro del campo, se emocionaron y movieron sus grandes tenazas, emitiendo clics terribles y repugnantes.

A Pettigrew se le eriz la piel, y jur que si pudiera elegir la manera de morir, preferira ser despedazado por Sirius Black, o que le absorbieran el alma los Dementores, en lugar de ser alimento de estas araas.

"Qu sucede?" dijo, haciendo clic con sus tenazas rpidamente, sonando un poco majestuoso, "Por qu me llaman?"

"Hombres", hizo clic la araa que haba atrapado a Peter Pettigrew.

"Es Hagrid?", dijo Aragog, acercndose a ellos, sus ocho ojos lechosos vagando vagamente.

"No, extraos."

"Mtenlos", hizo clic Aragog con nerviosismo. "Estaba durmiendo..."

Al escuchar a Aragog, todas las dems araas se emocionaron.

Se agruparon alrededor del centro del campo, esperando a que Aragog regresara a su telaraa abovedada, para que Evan y Peter fueran su alimento.

"No, no, piensa en una salida!" Peter se agach en el suelo, aferrndose fuertemente a la tnica de Evan, y mirando a su alrededor con pnico a las Acromntulas que los rodeaban.

Evan lo apart de un puntapi y dio un paso adelante; poda distinguir claramente el pelaje de Aragog.

Trag saliva, su corazn pareca haber salido de su pecho para palpitar en su garganta.

"Espera, Aragog!" grit Evan. "Soy amigo de Hagrid!"

"Amigo de Hagrid?" cro la vieja araa, se detuvo y dijo lentamente, "Hagrid nunca ha enviado hombres a nuestra madriguera antes."

"Mi nombre es Evan Mason, soy del castillo, estoy cerca de Hagrid..."

"He odo hablar de ti!" hizo clic Aragog con sus grandes pinzas, "Hagrid me dijo que hace unos meses, t mataste a esa criatura en el castillo."

"S!" respondi Evan emocionado, "Harry y yo matamos al Basilisco!"

Al escuchar el nombre del Basilisco, todo el furioso tecleo de repente se detuvo, y el lugar entero se volvi repentinamente silencioso como nunca antes.

Adems de su pesada respiracin y los sollozos de Peter, Evan ya no pudo escuchar nada ms.

Incluso pens que todos los Acromntulas se haban ido. Gir la cabeza y vio que todava estaban apiados all, pero todos estaban en silencio e incluso retrocedieron.

Levaban unos rostros de araa feos pero muy humanos y mostraban miedo.

"Cmo te atreves a mencionar ese nombre?!" Aragog chasque frenticamente sus pinzas y emiti un clic sin precedentes. Dijo con intensas emociones, "Esa cosa es nuestro nmesis!"

Aragog chasque furiosamente sus pinzas, y alrededor de la cavidad el sonido fue eco por la multitud de araas; era como un aplauso. Evan percibi de nuevo el crujir de muchas patas largas movindose con enojo; grandes formas negras se desplazaban a su alrededor.

"Date prisa, di algo ms, no menciones esa cosa!" record Pettigrew a Evan con una voz casi sofocante.

Estaba claro que Aragog pensaba lo mismo. Cambi de tema y le dijo a Evan, "Amigo de Hagrid, por qu viniste a nuestra cavidad?"

Segu a este tipo y accidentalmente llegu aqu. l es un malvado mago negro. Plane un despreciable complot en el castillo!" Evan vacil y continu. "Este tipo trabaja para Voldemort"

Al escuchar el nombre, Pettigrew se convulsion.

"Voldemort?" repiti lentamente Aragog, aparentemente sin ninguna reaccin en particular. Dijo, "He escuchado este nombre. Hace quince aos, este mago envi a alguien para contactarme. En aquel entonces, ustedes los humanos estaban en guerra. Nos pidi unirnos a su bando, pero yo me negu. No estaba interesado en la guerra de los magos, aunque mis hijos estaban muy ansiosos por seguirlo. Voldemort les prometi una recompensa muy generosa.

Al escuchar "Voldemort", las araas a su alrededor se emocionaron significativamente ms. Todas parecan recordar la promesa de Voldemort en esos aos, la promesa que simplemente no podan rechazar: mientras le fueran leales, podran obtener carne fresca humana como alimento.

Harry Potter y el Tesoro Oculto (Español)(Volumen 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora