Capítulo 6

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Aparto la vista de la pantalla del ordenador y la fijo extrañado en mi amigo.

— ¿Que se supone que pintas, castaña? —me levanto y camino hacia él, hago una mueca de dolor al sentir mis piernas hechas polvo de estar tantas horas sentado en la misma posición.

— Es un chica ángel que está desolada en un monte y mira a la luna...¿no se parece a eso? —pregunta poniéndose el pincel detrás de la oreja, como me había visto hacer un par de veces a mí en los pasados días.

— Más bien parece una patata con alas en un montón de arena con árboles por detrás y...un plato —señalo lo que debería ser la luna y él me mira ofendido.

— Que tu dibujes más bien que yo no quiero decir que esto sea un plato, una persona que no entendiera de pintura vería claramente la más bella obra de arte aquí —se cruza de brazos mientras coge la pintura blanca y comienza a pintar todo de blanco, de esa manera podía volver a dibujar en el mismo lienzo.

Malo pero efectivo ya que había vuelto a comenzar unas diez veces y yo necesitaba lienzos para mis obras.

— ¿Como va la historia? —pregunta cuando me he vuelto a sentar delante del ordenador.

— Fatal, no se me ocurre ninguna idea —espeto mirando frustrado la pantalla del ordenador.

— Ya llevas cuatro días así —canturrea y yo lo miro molesto.

— Y tu llevas cuatro días intentando hacer un dibujo —le respondo de la misma manera y él comienza a reír con ganas.

— Pero yo no soy un profesional en esto, tú si en esto. Y estás más seco Styles... —continúa y yo sonrío mientras cierro el ordenador.

— Bueno, ya se me ocurrirá, no tengo ninguna prisa —bostezo mientras me estiro en uno de los sofás rojos que habían, delante había colocado la televisión y un par de librerías llenas de libros.

Una alfombra de estampado de vaca redonda cubría el suelo a mis pies. Suspiré y cerré los ojos. Me encantaba este sótano y me encantaba la vida que había conseguido aquí.

Liam prácticamente vivía aquí, sólo se iba a dormir a su casa. Y se, realmente se, que algún día se mudará aquí definitivamente.

Pero para mí ya me está bien, me siento muy solo por las noches.

— ¿Sabes? He pensado que podrías vender los cuadros en la plaza mayor —propone Liam sentándose a mi lado.

— No, tengo varias personas que compran mis obras siempre. Fácil pero efectivo —me encojo de hombros y él comienza a acariciar amistosamente mi rodilla mientras se introducía lentamente debajo de mis piernas.

— ¿Quieres ver la televisión? —pregunta y yo asiento aún sin abrir los ojos.

Él la enciende y comenzamos a mirar las noticias, cosa que a los minutos Liam cambia por unos programa de dibujos animados.

— ¿Sabes la chica que te llevó hace cuatro días el sofá? —pregunta Liam y yo asiento recordando a la chica de la tienda que llegó dos horas después excusándose que no quería estar mucho tiempo con un Tomlinson.

Oh, los Tomlinson, llevaba cuatro días sin salir de casa y por eso había notado tanta tranquilidad. No había sido molestado por ninguno de ellos, ni Louis.

— Sí.

— Su madre ha fallecido esta mañana. 

— ¿En serio? Pobrecita ¿Y como lo sabes?

— Fue mi novia hace unos años pero quedamos como amigos —me sonríe de lado con expresión triste, se debía querer a la madre de esa chica.

— ¿Tu no eres gay?

No te enamores de un Tomlinson (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora