' ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que si. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Rainelis, una mujer dulce y delicada. Rai, sexy e impotente, ¿Cuál elegirías tú...
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Miami, Florida - Estados Unidos de América. 00:00 AM. Rainelis' POV.
¿Sabes cuándo después de un largo día, te acuestas en la recamara y empiezas a reflexionar sobre todo lo que pasó? Todo se reproduce en tu cabeza como si fuera una película. Tanto buenos como malos momentos, todos son recreados en tu mente incluso con el más mínimo detalle, haciéndote reír o llorar.
Después de lo sucedido con Alondra, hablamos por un rato más delante de mi edificio.
— ¿Estás segura de que no quieres dormir conmigo? — Preguntó Alondra después de apagar el auto.
Era tentador por decir lo menos, la idea de ir a su casa y dormir en sus brazos. Si íbamos a dormir, claro.
— Realmente lo quiero, pero todavía no es el momento adecuado.
Alondra me miró sin comprender.
— No sé a qué le temes, Riri, somos adultas.
— Lo sé, y sé que no entiendes, pero eso no importa ahora.
— Dame aunque sea una razón.
— No quiero que la gente empiece a hablar, no quiero ser simplemente otra más. — Dije mirándola a los ojos.
Alondra entrecerró los ojos y acarició mi cara gentilmente.
— Nunca serás otra más, eso te lo puedo asegurar. — Me dijo sinceramente.
— ¿Por qué lo dices?
Alondra sonrió y apretó el volante con sus manos.
— No soy buena para decir estas cosas, Rainelis.
Por primera vez, Alondra se sintió incómoda.
— Dilo.
— Otro día lo haré, ¿De acuerdo?
Le sonreí a Alondra, asintiendo con la cabeza.
— Sí, te prometo que lo diré. Ahora no es el momento indicado.
— ¿Y cuándo lo será?
— Ese es un secreto, señorita Rosario. — Dijo Alondra, robándome un beso.
— ¿Quieres entrar? — Pregunté sonriendo.
— ¿Eres insaciable?
— Tal vez lo sea. — Dije, guiñándole un ojo.
— Dios escuchó mis plegarias.
Ambas reímos.
— Ahora, en serio, no entraré. No se vería bien, tus amigas están dentro, así que mejor no.
— Está bien, entonces me iré.
— De acuerdo, Riri. Buenas noches.
— Buenas noches, señora López. — Le dije muy cerca de sus labios.
