' ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que si. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Rainelis, una mujer dulce y delicada. Rai, sexy e impotente, ¿Cuál elegirías tú...
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Miami, Florida - Estados Unidos de América. 01:20 AM. Alondra's POV.
No podría creer lo que acabo de hacer. Acabo de rechazar una buena y placentera noche de sexo puro con Rai. Dios, caminé de un lado a otro en el corredor, pensando en la idea de regresar y tomar a esa mujer en mis brazos. Pero ¿Y Rainelis? No importa cuánto enojo sienta esta noche no haría una traición como esa.
¿Sería traición? No tengo nada con Rainelis. ¿O sí...? No lo sé.
Sacudí mi cabeza mientras salía del "Imperium". El ruido de la sensual música se quedaba atrás, dejando solo el silencio de la noche. Necesitaba poner mis pensamientos en orden, necesitaba entender que estaba pasando dentro de mí.
Me metí al auto, respirando hondo. Apoyé mi cabeza en el volante, tratando de callar mis pensamientos. Me iría a casa y trataría de dormir, esa sería la mejor opción. No importa que tanto quisiera estar con Rai, me gustaba Rainelis y era ella con la que quiero estar.
Encendí el auto, dejando ese lugar al que tal vez nunca regresaría. Maneje alrededor del centro de Miami pensando en la idea de pasar por Rainelis. Seguro el problema con Rai ya se había resuelto, tardé como una hora en pasar frente a su edificio.
Pasaba lento en el carro y pude ver dos mujeres que eran más que familiares. Una de ellas sabía que era Rainelis. La pelirroja usaba el mismo vestido que uso hace unas horas en la cena. Y ¿A lado de ella?
Me acerqué un poco más con la ventana cerrada y no era posible. No lo quería creer.
Angie abrazando a Rainelis por un largo rato y ella le respondió de la misma forma. Entonces, ¿Ese era el problema con Ari?
Sentía una urgencia por bajar del auto y enfrentarlas, pero no podía hacer eso. Era mejor que eso. No importa cuánto enojo sintiera, por el momento no diría nada. Me quedé unos minutos más mirando la escena hasta que Rainelis soltó a Angie y miro hacia mi auto. Maldición. Se dio cuenta.
Aceleré el vehículo saliendo de ese lugar sin mirar atrás. Estaba enojada, me sentía como una tonta. Era por este tipo de cosas que odiaba enamorarme.
¿Estaba enamorada?
No.
No.
iNo!
Estaba enojada conmigo misma por ser tan estúpida para negarme a una noche con Rai. Mi voluntad era regresar al club y cogerla hasta que no pueda más. Pero no lo haría, trataría a Rainelis fría y cortante como ella se merecía.
Mal humor, enojo y paciencia.
Esas tres palabras definieron mi día. Tomé un sorbo del whisky más fuerte como desayuno y partí a Industrias López. El tráfico estaba del demonio, como mi estado de ánimo. Cerré mis ojos y las imágenes de Angie y Rainelis se hicieron presentes, como en las horas que no pude dormir esa noche.
