10. Happy Birthday

484 33 3
                                    

Pronto se acercaba mi cumpleaños a mediados de julio y aún no sabía que hacer, no pensaba si hacer una festividad por ello, o simplemente ignorarlo. Podría ir a cenar a un restaurante con Erik, pero me parecía algo un poco aburrido, porque solo iríamos nosotros dos solos, así que simplemente ignore el tema de mi cumpleaños hasta que llegó el día.

—¡Feliz cumpleaños amor!—exclamó Erik, sosteniendo un postre de chocolate con una vela del número 20, al verme despertar.

—¡Gracias amor!—le respondí muy alegre, fue inesperado verlo.

—Estoy muy feliz de que estés en mi vida, contigo todo es mejor—afirmó Erik y me dio un beso en la boca.

No esperaba que me diera esa sorpresa, pero me pareció un gesto muy tierno y detallista de su parte.

En la tarde fuimos a almorzar y el pago todo, fue una comida elegante, de esas típicas que comen en las películas. Después en la noche, volvimos a la casa y allí estaban mis padres y algunos amigos que no veía hacia varios meses, me puse muy feliz no pude creer que sería tan importante para Erik, como para que se pusiera de acuerdo y llamara a todos mis seres queridos solo por mi cumpleaños. La pasamos muy bien, bebí mucho y comí demasiado. La vida de Erik y yo parecía ser perfecta pero no todo iba a ser color de rosa siempre.

La universidad empezaba a estresarme y cada vez Erik tenía que quedarse más tiempo en la agencia, lo cual hacía que nos distanciariamos un poco. Tenía que quedarme más tiempo en Stanford o en casa de otros compañeros para así terminar mis responsabilidades universitarias y Erik creía que ya no tenía tiempo para él, lo cual lo angustiaba, pero yo sentía lo mismo de su parte, el solo se preocupaba por como se veían sus fotos y de como lo percibían los demás.

—Ya ni siquiera te importo, solo te importa tu universidad—dijo Erik molesto, me sorprendió mucho su comentario y no reaccione de una buena forma.

—¿En serio dices eso? A ti lo único que te importa es tu puto trabajo—le contesté ofendida.

Odiaba discutir con él, pensé que nuestro amor siempre perduraria perfecto, que nunca tendríamos problemas o discusiones, pero como cualquier relación, no era perfecta.

Cuando empezaron las vacaciones de la universidad, decidí quedarme en la casa porque quería relajarme y descansar de tanto estrés que me provocaba la universidad, amaba estudiar psicología pero era muy duro a la vez, todo en la vida tenía sacrificios. Estando en el apartamento, tomé la gran idea de que podría ir a la agencia donde trabajaba Erik para ver que estaba haciendo.

Al llegar, en la recepción dije que era la novia de Erik Menendez y que venia de visita porque el me invitó, lo cuál no era cierto, el no me había invitado, pero no creía que el fuera a molestarse por eso.

Abrí la puerta del set y ví a Erik con otra mujer, semidesnudos, no estaban solos, estaban con varios fotógrafos, al parecer era una sesión pero eso me hizo sentir como si estuviera siendome infiel, me acerque cada vez más a donde estaban los fotógrafos, y los vi ahí, juntos, Erik sonreía con su mirada pícara, la cual creía que sólo era para mí, pero estaba equivocada, cuando empecé a retroceder para irme, Erik se dio cuenta de que estaba allí, vio como mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas e inmediatamente se levantó, puesto que estaba acostado con aquella extraña mujer. Yo empecé a correr lo más rápido que pude, mientras sollozaba, no podía creer lo que había visto, era el trabajo de Erik, pero combinado con los problemas que teníamos, todo parecía que él estaba harto de mí, aunque no era así, me seguía amando a pesar de todo.

—¡Amor por favor, detente!—exclamó Erik.

Yo pare, pero no fue por él, sino porque ya estaba cansada de tanto correr. El logro alcanzarme y me dio un beso, pego su cuerpo contra a mí y me dijo estas palabras.

—No importa cuantos problemas tengamos, no importan las demás mujeres, no importa absolutamente nada, yo solo te quiero a ti, si no es contigo, no es con nadie—afirmó Erik, rodeando sus manos en mi cintura y besando mis mejillas.

El hizo que dejara de llorar y me di cuenta que nada nunca sería perfecto, lo único que importaba era que lográramos superar las adversidades y siguiéramos juntos.

𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎 𝒊𝒕'𝒔 𝒐𝒗𝒆𝒓 | 𝐄𝐫𝐢𝐤 𝐌𝐞𝐧𝐞𝐧𝐝𝐞𝐳 𝐚𝐧𝐝 𝐲𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora