13. Halloween

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Solo faltaba un día para que fuera Halloween, Erik y yo habíamos regresado de uno de los mejores viajes que habíamos hecho, visitar DisneyWorld, siempre fue mi sueño y lo había cumplido gracias a él. Regresamos a la casa, luego de ese lindo viaje y estábamos en la cocina hablando sobre lo que queríamos hacer para el 31 de octubre.

—¿De que quieres disfrazarte amor?-
—me preguntó Erik mientras comía un M&M un dulce muy conocido en EE.UU.

—Aún no lo se amor ¿Quieres disfrazarte en pareja?—le pregunté agarrando un M&M de su bolsa.

—Obvio amor—me respondió Erik contento.

Luego de nuestra conversación, por la tarde decidimos ir a buscar a nuestros disfraces en las tiendas más prestigiosas de todos los Ángeles.

—¿Que te parece este amor?—le mostré un disfraz de un policía y un criminal.

—Siento que es muy genérico, hay que buscar algo más innovador—me contestó Erik.

Seguimos buscando, hasta que encontramos el disfraz perfecto.

—¿Te gusta este de Elvira y Tony Montana?—le señalé los disfraces con mi dedo.

—¡Son perfectos!—A Erik le gustaba mucho la pelicula de Tony Montana.

Decidimos comprar los disfraces de esos iconicos personajes y salimos de la tienda, en busca de un restaurante para ir a almorzar. Comimos en un sitio elegante, como era costumbre, uno de los más codiciados en los Ángeles, pues su comida era deliciosa, pero no solo eso, era muy cara, sin embargo, nosotros nos podíamos dar el lujo de comer ahí cada vez que quisiéramos.

Al día siguiente, 31 de octubre de 1989, Erik y yo nos estábamos preparando para la festividad de Halloween, nos habían invitado a una fiesta de los más famosos de los Ángeles. Antes de irnos de la casa, queríamos darles dulces a algunos niños, habíamos comprado unos cuantos, por si acaso ellos se acercaban a nuestra casa a pedir. No había sido en vano comprar dulces porque al final varios jóvenes y niños disfrazados llegaron a la puerta de nuestro hogar, nosotros los recibimos muy bien y les ofrecimos dulces a todos, más tarde, nos montamos en el auto de Erik y nos dirigimos a la fiesta de los famosos con nuestros disfraces de Elvira y Tony Montana.

La fiesta parecía una película de esas que salen en la televisión, habían muchas celebridades de la época. El ambiente se sentía increíble, todos parecían estar disfrutando de la fiesta, sin pensar que algo terrible podría ocurrir.

Erik y yo nos encontrábamos bailando en el centro del salón, me sentía tan bien estando con él, nunca había sentido una conexión así con nadie, estaba a punto de besarlo, cuando de repente mire hacia arriba, y vi un cuerpo cayendo y desmoronandose desde el segundo piso. Al presenciar semenjante escena, antes de que fuera tarde, tome el brazo de Erik y nos aparte del centro, el cuerpo cayó justamente en donde estábamos bailando, pero lo que mas sorprendió del asunto no fue eso, sino que al observar el cuerpo del fallecido no era ni mas ni menos que el empresario mas codiciado de Beverly Hills, Jose Menendez.

𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎 𝒊𝒕'𝒔 𝒐𝒗𝒆𝒓 | 𝐄𝐫𝐢𝐤 𝐌𝐞𝐧𝐞𝐧𝐝𝐞𝐳 𝐚𝐧𝐝 𝐲𝐨𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora