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El rey estaba tranquilo, observando las hermosas montañas que cubrían el lugar extranjero

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El rey estaba tranquilo, observando las hermosas montañas que cubrían el lugar extranjero.
La reunión estaba pronto a comenzar, tenía algo de tiempo antes de que lo llamaran.

–es lindo que nos visite de vez en cuando–

Dijo el hechicero de dicho reino, Neptuno, él cual estaba de visita en el palacio de su majestad, el rey Júpiter.

–solo cumplo con mis obligaciones–

Respondió Tierra, terminando su tasa de café.
El gobernador del reino interno no tenía la mejor relación con los duques que no hacían parte de su corte, eran relaciones complicadas.

–y eso lo entiendo perfectamente–

Añadió Neptuno.
Ellos dos eran amigos de jóvenes, siendo que el más alto tenía un parentesco con Theia, la esposa de Tierra.

–quizás debería traer más seguido al príncipe Luna...entre todo los herederos, él es el menos conocido, la gente muere de curiosidad por conocerlo–

Sugirió el hechicero sonriente.
Sugerencia que el rey tomó como una ofensa.

–Yo decido que momento es correcto presentarlo a la sociedad–

Respondió el rey con una voz pasivo-agresiva, no estaba a gusto con las insinuaciones del duque.

–eso lo entiendo, solo sugiero que su hijo debería ganar más experiencia, es el próximo rey...–

El más alto era alguien que decía las cosas de frente, pues no le agradaba guardar secretos.

–él no va a ser rey, aún no es capaz, no está preparado–

Tierra educa a su hijo en casa, durante su infancia no permitió que nadie se le acercara por lo que realmente nadie sabe decir si el joven príncipe está preparado para asumir su rol.

–quizás porque usted no lo educó para gobernar–

Dijo Neptuno, sin ver a los ojos a Tierra, quien ya estaba ligeramente enojado.

–porque él no debería gobernar, soy yo el rey él es solo mi remplazo–

Tierra era posesivo con su corona, arrogante y poco flexible. Se negaba a aceptar que en algún momento debería ceder su corona y título.

–¿acaso mi hermana no es la legítima reina?–

Neptuno y Theia fueron criados como hermanos.

La difunta esposa del rey era una mujer suave y sutil, educada y trasparente, que logró ganarse el corazón de muchos y cautivar a sus conocidos.
Murió horas después de que Luna naciera, dejando a su esposo, viudo y a su hijo sin una figura materna, a la suerte de que el hombre que tenía enfrente no lo matara.

–ella me dejó su título minutos antes de morir–

Dijo Tierra, su voz se escuchaba re cosita, ronca y lastimada. Como si fuera una herida que no cerraba por completo.

//Entre príncipes y caballeros//Au SolarballsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora