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El atardecer es hermoso, observar la brisa mover las hojas de los árboles y los delicados cabellos es encantador

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El atardecer es hermoso, observar la brisa mover las hojas de los árboles y los delicados cabellos es encantador.
A todos les gusta ver este momento del día, ver el cielo pintado de mil colores y las nubes mostrando su esplendor.

Luna respiraba con dificultad, mientras miraba el cielo y trataba de recuperarse.
Marte por otro lado limpiaba su espada y tarareaba una canción.

El entrenamiento fue largo, extenso e intenso.

Era la primera vez que el príncipe usaba un arma en un combate.
No fue tan bien que digamos.

–¿ya estás bien?–

Preguntó el caballero con una sonrisa, acercándose al de cabellos plateados y apoyando su mano sobre su hombro.

Luna miró al más alto y trató de sonreír, terminó su vaso de agua y tomó una última respiración.

–si, estoy listo–

Dijo el príncipe, volviendo a tomar su espada, queriendo que esta vez no resulte tan herido.
Tenía rasguños en toda la cara, moretones en sus manos y raspones en las rodillas.

Estaba realmente mal.

–te voy a permitir dar el primer golpe–

Dijo Marte, mostrando una postura relajada y esperando la señal, Luna por otro lado tomó una pose de pelea y se abalanzó lo más rápido que pudo.

–recuerda tener un buen manejo de la respiración–

Repitió el caballero, esquivando el ataque y golpeando al príncipe en el hombro con la espada.

Sería un moretón más.

–eso es lo que intento–

Luna estaba adolorido, trató de volver a concentrarse, pero el dolor era punzante e intenso, casi insoportable.

–no hables a menos que sea algo importante– añadió Marte, dando un golpe a Luna en el estómago, que por suerte logró esquivar– No descubras tu cuerpo, no siempre te puedes confiar de tus reflejos...aveces te jugarán en tu contra–

El príncipe se alejaría y volvería a tomar la espada fuertemente, queriendo analizar la situación y encontrar una forma de no resultar tan herido esta vez.

Es evidente que no logrará ganar un combate contra Marte, pero podría esforzarse por no hacer claro este hecho.

–tienes buenas estrategias, pero piensas demasiado lento, segundos que te pueden costar–

Ahora era un enfrentamiento directo, donde ambas espadas de madera chocaban constantemente y trataban de ganar. Un ruido fuerte que solo demostraba la intensidad del entrenamiento.

//Entre príncipes y caballeros//Au SolarballsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora