A bordo del barco, Asteria y Mihawk navegaban hacia lo desconocido, dejando atrás la isla que había sido su refugio temporal. El viento soplaba con fuerza, y el mar se extendía ante ellos como un vasto lienzo azul, prometiendo libertad y nuevas aventuras."¿Adónde deberíamos ir ahora?" preguntó Asteria, rompiendo el silencio que los envolvía.
Mihawk la miró, sus ojos dorados brillando intensamente bajo el sol de la mañana. "Navegamos hacia la siguiente isla. ¿Planeas ir a algún lado?"
Asteria negó con la cabeza, sintiendo el peso de la incertidumbre. No tenía un destino fijo, ningún hogar al que regresar, ninguna familia a la que ver. El pensamiento avivó las llamas de la tristeza que intentaba apagar. Se obligó a mantener una expresión serena mientras respondía: "Mientras no esté sola, no me importa dónde esté".
Mihawk mantuvo su mirada en ella por un momento antes de volver a mirar hacia el océano. Habían estado sobre las olas durante dos días, escapando de la isla en un bote con sus provisiones. Mihawk conservaba su espada, aunque estaba desgastada y sucia.
Asteria dejó caer la mano sobre el agua, sintiendo las olas pasar y empaparse con su calor. Las ondas se formaban a medida que sus dedos se deslizaban por el agua, dejando una estela temporal antes de que el océano las llenara. El contacto con el agua la calmaba, enfriando el calor que sentía en su interior.
"¿Qué quieres lograr, Mihawk?" preguntó, mirando las olas.
Mihawk la miró con ojos que recordaban tesoros de oro, reflejando la magnificencia y grandeza que alcanzaría en el futuro. "Quiero convertirme en el más fuerte".
Una frase sencilla que presagiaba su futuro.
"Entonces necesitas entrenar duro", comentó Asteria.
"Eso es lo que pienso hacer", respondió Mihawk con determinación.
Asteria no pudo evitar sonreírle, sintiendo un calor diferente al fuego que amenazaba con consumirla. Este calor era como una manta sobre sus hombros, el tipo que te mantiene caliente del frío y te recuerda a casa.
"¿Cuál es tu color favorito?" preguntó Asteria de repente.
"¿Por qué preguntas?" replicó Mihawk, curioso.
"Estoy aburrida, así que mejor voy a pasar el tiempo", respondió Asteria con una sonrisa.
Mihawk suspiró, acomodándose en su lugar. "Me gusta el morado".
Asteria sonrió mientras miraba su propia ropa. "El mío era azul".
A partir de ahí, ambos jugaron al juego de las veinte preguntas, compartiendo más de lo que esperaban. No importaba cuán largas o cortas fueran sus respuestas, ninguno de los dos indagó más de lo necesario. Habían llegado a un entendimiento.
"¿A cuántas personas has derrotado?" preguntó Asteria, intrigada.
"No me tomo la molestia de recordarlos, así que no sé mucho. Es lo mínimo que te puedo decir", respondió Mihawk con indiferencia.
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El sol baila mientras la luna juega ( Fanfic One Piece)
RandomReencarnaste en el vasto y peligroso mundo de One Piece, un universo que creías ficticio pero que ahora es tu realidad. Te llamas Asteria, y naciste en una isla tranquila, un refugio de paz donde los problemas parecían no existir. Tu deseo más profu...