Reencarnaste en el vasto y peligroso mundo de One Piece, un universo que creías ficticio pero que ahora es tu realidad. Te llamas Asteria, y naciste en una isla tranquila, un refugio de paz donde los problemas parecían no existir. Tu deseo más profu...
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Astoria se sentó en el mástil que sostenía las dos figuras de sirena y el cañón del Oro Jackson, observando cómo las nubes pasaban mientras las olas se estrellaban contra el océano. El viento soplaba, alborotando su cabello y su camisa, y sus piernas expuestas no eran una excepción mientras el sol golpeaba su piel. Detrás de ella, se escuchaban los sonidos del esfuerzo mientras Rayleigh entrenaba a Mihawk, con Shanks y Buggy aplaudiendo.
Había pasado una semana desde que Astoria y Mihawk se unieron a los piratas de Roger, y no podrían haber pedido una mejor bendición. No solo estaban a salvo con ellos, sino que también estaban cómodos; después de todo, no todos aceptarían a un chico con ojos penetrantes de halcón y a una niña con habilidades tan únicas.
-¿Disfrutando de la brisa? -preguntó Gol D. Roger, con su característica sonrisa alegre y un espíritu aventurero pero con cariño paternal. Astoria había llegado a querer a Roger a pesar de conocerlo por poco tiempo, aceptando su personalidad brillante y vivaz. Recordó cómo él la miró con asombro cuando se enteró de que era una niña y no un niño.
Asintió, captando los susurros de los peces y las voces de las bestias del mar. El capitán le alborotó el cabello, para su exasperación. -Me uniría a ustedes si Rayleigh no me prohibiera... ¡Y yo soy el capitán!
-Sin Rayleigh, habrías muerto hace mucho tiempo -dijo Scope antes de reírse cuando Roger se quejó.
Astoria rió en voz baja, divertida por su dinámica. Recordó a Luffy como Roger... Recordó a Nika Joyboy y su sonrisa y su forma de reír.
Su hijo. Su sol. Su luz para su oscuridad que se apagó demasiado pronto. Pero él resurgiría como el amanecer de una nueva era: los múltiples hombres, cada uno un Joyboy en su estilo, encenderían el fuego de la nueva generación, la voluntad de D nunca se extinguió.
Asteria Parpadeó ante la otra persona en la que se había convertido brevemente, apartada de los recuerdos. Cabello blanco nublado, ojos rojos y dorados y una sonrisa caricaturesca con un toque inhumano... Nika regresaría y saludaría a su hijo cuando llegara el momento...
¿Su hijo?
Astoria convirtió su mano en metal mientras bloqueaba un ataque de Mihawk, quien le devolvió el golpe. Y su otra mano se transformó en humo antes de envolverla alrededor de su amigo, quien usó su recién formado haki de armamento para desviar su ataque y se lanzó contra ella.
Se había vuelto más competente en el uso de los poderes de su fruta del diablo, usándolos al máximo con la imaginación de la tripulación y experimentando. Podía convertir su agua en hielo y manipular en qué elemento o material se convertía su cuerpo a voluntad para alcanzar su máximo potencial. Estaba mejorando. Y habían pasado dos meses desde que se unió a la tripulación de Roger.
Pero era necesario probarlo con oponentes reales.
Mientras Astoria bebía un trago de agua que le dio Rayleigh, Mihawk se sentó a su lado y sus hombros se rozaron. -Estás mejorando -dijo.
