capitulo 7 : cálido abrazo

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Los siguientes días se transformaron en semanas, y antes de que Asteria se diera cuenta, casi habían pasado tres semanas desde aquella pesadilla que la dejó conmocionada

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Los siguientes días se transformaron en semanas, y antes de que Asteria se diera cuenta, casi habían pasado tres semanas desde aquella pesadilla que la dejó conmocionada. A pesar del tiempo transcurrido, el recuerdo seguía fresco en su mente, como una sombra persistente que no podía sacudir.

Nada podía impedirle recordar el hormigueo en su piel y la horrible sensación de su corazón atascado en su garganta mientras aquellos ojos rojos la observaban fijamente. Esos ojos parecían estar llenos de emociones y sentimientos que la envolvían como cadenas, atándola al suelo, impidiéndole avanzar.

La tripulación era consciente de su estado, aunque Asteria intentaba ocultarlo. Su apetito había disminuido, y aunque el chef preparaba sus platos favoritos, apenas podía comer. Siempre se disculpaba con él, a pesar de sus palabras tranquilizadoras. Las noches eran difíciles, el sueño la eludía, y las mañanas la encontraban exhausta. En los momentos de tranquilidad, se volvía paranoica, observando todo a su alrededor, desde el mar hasta las nubes, buscando asegurarse de que nadie la estuviera observando.

Ese sueño había desatado una caja de Pandora dentro de ella, revelando un trauma que no sabía que existía. Lo más desconcertante era que no podía recordar haber conocido a ese misterioso ser. No había un solo recuerdo que explicara su miedo, y eso la frustraba enormemente.

A pesar de todo, la tripulación la apoyaba. Mihawk le permitía apoyarse en él durante los descansos, Shanks le tomaba de la mano cuando sentía que se desconectaba de la realidad, y Buggy llenaba el espacio con su voz, contando historias con Shanks e incluso con Mihawk. Asteria apreciaba estos gestos, que la ayudaban a mantenerse arraigada en el mundo. Sin ellos, podría haberse consumido por completo.

Roger y el resto de la tripulación también estaban allí para ella. Cuando se encontraba en ese estado de desconexión, Roger la levantaba y la abrazaba, su calor era suficiente para traerla de vuelta, aunque fuera poco a poco. Rayleigh se aseguraba de que comiera y durmiera, vigilando la noche para despertarla si era necesario.

Era más que suficiente, pero al mismo tiempo, sentía que no lo era. Se sentía horrible por sentirse así, por no poder superar el miedo que la consumía.

Era de noche y la tripulación dormía. El barco se mecía suavemente con las olas, y el silencio de la noche envolvía a Asteria. Había logrado escabullirse de las comodidades de la cabaña, pasando desapercibida incluso para los agudos sentidos de Mihawk. El viento soplaba, susurrando consuelo en sus oídos, y el mar la llamaba desde abajo. Pero esa noche, mientras miraba las estrellas y la luna a medio formar que arrojaba su luz sobre el mundo, sentía una calma inusual. La oscuridad de la noche se apaciguaba con la luz de la luna y las estrellas, con las voces de los animales de toda la tierra, el aire y el mar, y las voces de todas las cosas que no deberían estar vivas.

Asteria sentía su calor, pero no era suficiente. Necesitaba estar rodeada de él, enterrada en su calor hasta fundirse en algo inidentificable. Quería...

El sol baila mientras la luna juega ( Fanfic One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora