Por un beso

capítulo 5/ confesiones y revelaciones

La tensión entre Colin y Penélope había alcanzado un punto álgido, y mientras se alejaban el uno del otro en aquel instante de revelaciones intensas, las emociones contradictorias danzaban en el corazón de Colin. Por un lado, había admiración por la valentía de Penélope al finalmente abrirse a él; por el otro, había confusión en torno a la naturaleza de sus propios sentimientos. ¿Acaso lo que sentía se limitaba a la amistad, o había un trasfondo más profundo, una chispa que había estado oculta bajo años de silencios y malentendidos?

Mientras viajaba de vuelta de su paseo por el río, Colin apenas prestaba atención al paisaje que lo rodeaba. Se encontraba perdido en sus pensamientos, ensimismado en el eco de las palabras de Penélope. "Soy Lady Whistledown". Su mente repetía esa afirmación como un mantra. ¿Cómo había podido no darse cuenta? Recordaba los panfletos que había leído, las insinuaciones sobre personas que conocía, y por primera vez se dio cuenta de la profundidad de la lucha de Penélope.

En su camino de regreso a casa, Colin sintió un nudo en el estómago. No solo se sentía engañado, sino también culpable por no haber escuchado a Penélope cuando había expresado su preocupación acerca del compromiso que estaba por asumir. Si hubiera prestado más atención a sus advertencias, tal vez hubiera podido evitar esta situación. Mientras contemplaba el gran jardín de los Bridgerton, una idea perturbadora se instaló en su mente. ¿Podría ser que Lady Whistledown, la provocadora de escándalos, hubiera querido protegerlo todo el tiempo?

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Eloise seguía atrapada entre el dilema de su amistad con Penélope y su lealtad a su familia. Mientras bajaba las escaleras, se encontró con su hermano, Benedict, quien había estado observando su expresión preocupada. "¿Qué pasa, Eloise? Pareces estar pensando en el mundo al revés", dijo él, con una sonrisa que a menudo solía iluminar momentos de tensión.

"No puedo dejar de pensar en Penélope y Colin", replicó Eloise. "No es justo que se encierren en su mundo de secretos mientras nos hacen partícipes de sus decisiones. Necesito hacer algo".

"Tal vez, lo que necesitas es hablar con ellos, no solo meterte en su vida sin entender completamente lo que está en juego", sugirió Benedict.

"¿Y tú crees que ellos mismos lo entienden?", preguntó Eloise con frustración. "Es como si estuvieran bailando alrededor de sus sentimientos, sin tener idea de que lo que realmente sienten es amor. Y lo peor de todo es que Colin aún no sabe el verdadero secreto de Penélope".

"Tal vez el amor no siempre es evidente, incluso para quienes están involucrados. A veces, tendemos a perder de vista lo que está delante de nuestras narices. Yo nunca vi el amor que había entre tú y Penélope, y aun así hay momentos que me hacen preguntarme si hay algo más", reflexionó Benedict en un tono más serio.

"Esto no es sobre mí. Esto es sobre ellos", replicó Eloise, pero su corazón sentía el eco de sus palabras.

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Esa noche, mientras la familia Bridgerton se sentaba a la mesa, el ambiente estaba cargado de expectativas. Colin se mostraba distraído, retirando la comida en su plato sin interés. Violet, su madre, notó su falta de atención y preguntó con amabilidad: "¿Te encuentras bien, Colin? Pareces perdido en tus pensamientos".

"Solo un poco cansado, madre", replicó Colin con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

"Quizá es el peso del compromiso lo que te está agotando. O tal vez simplemente necesitas un poco de tiempo para pensar en lo que realmente quieres", dijo Benedict, mirando a Colin con una comprensión que iba más allá de las palabras.

"¿Qué quieres decir?", preguntó Colin, levantando la mirada hacia su hermano.

"Algunas decisiones son difíciles de asumir. Pero lo importante es que debes ser sincero contigo mismo y con Penélope. Todos sabemos que el camino no siempre es recto, y el compromiso que tienes ante ti puede ser solo parte de un rompecabezas más grande".

Colin sintió que el corazón se le encogía. Las palabras de su hermano resonaban con dolorosa verdad. Había una parte de él que anhelaba hablar con Penélope, comprender la verdad detrás de su lucha y la propia lucha de él mismo al sentir lo que sentía.

Durante la cena, Eloise observaba, percatándose de cómo Colin luchaba por encontrar su lugar en el mundo que lo rodeaba. "Colin, ¿has hablado con Penélope desde su revelación?", preguntó, tratando de desviar el rumbo de la conversación hacia un camino que le permitiera desahogar su propia inquietud.

"No, aún no", admitió él, mirando al suelo.

"Quizá deberías hacerlo. Puede que descubras cosas que te sorprendan", dijo Eloise. "La vida es corta, y las oportunidades no siempre esperan. ¿Por qué no tomas el riesgo de ser honesto con ella?".

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La mañana siguiente, Colin se encontró ante una decisión. Rápidamente se alistó y decidió que debía hablar con Penélope y averiguar cómo realmente se sentía. La idea de evitarla solo aumentaba su confusión, y pensó que tal vez era el momento de confrontar la verdad sobre sus propios sentimientos.

Mientras caminaba hacia la casa de los Featherington, su corazón latía con fuerza. Se sentía como si estuviera a punto de revelar un secreto, el más grande de todos. ¿Y si su amistad se rompía? O, peor aún, ¿y si Penélope no lo perdonaba por no haber estado a su lado cuando más lo necesitaba?

Al llegar, vio a Penélope en el jardín. Estaba sentada en un banco, mirando hacia donde fluía el río, su expresión contemplativa. En ese instante, Colin se detuvo y sintió una ola de protección hacia ella. "Penny", llamó, acercándose lentamente.

Ella giró la cabeza, su rostro iluminándose por un instante, antes de ser sustituido por la misma expresión de lucha que él había visto anteriormente. "Colin", respondió, su tono tembloroso.

"Necesitamos hablar", dijo Colin, notando su voz más firme de lo que se había imaginado.

"Sí, lo sé", dijo Penélope, tratando de contener las emociones que la abrumaban.

"Primero quiero disculparme. Nunca debí asumir que tus preocupaciones eran banales", comenzó él. "Siempre intentaste decirme la verdad, pero yo simplemente no escuché".

Penélope hizo una pausa, sintiendo cómo las palabras de Colin atravesaban la distancia que había surgido entre ellos. "No sabía cómo decírtelo. Tenía miedo de perderte".

Colin silenció sus pensamientos y decidió ser claro: "No sé cómo he estado tan ciego. Creo que... creo que estoy enamorado de ti, Penélope, aunque no entendía del todo qué significaba eso".

El aire se convirtió en una mezcla de asombro y emoción, y la tensión que había entre ellos se desvaneció mientras Penélope, abrumada por la revelación, miraba a Colin a los ojos. "¿Y tú realmente piensas que puedo ser parte de tu vida con toda esta maraña de secretos y responsabilidades?"

"Quiero intentarlo", respondió Colin, su voz casi un susurro.

La incertidumbre todavía estaba presente, pero sabían que habían dado un paso significativo hacia la comprensión de sus mundos. Juntos, podían deshacer este laberinto de sentimientos que habían construido en torno a ellos.

La tarde en el jardín se sintió diferente, más luminosa, como si el primer pasaje hacia la verdad hubiera comenzado a despejar las tormentas dentro de ellos. Aunque el futuro era incierto, ahora sabían que lo enfrentarían juntos, una chispa de amor iluminando lo que había sido confusión y secretos.

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Eloise, observando desde la distancia, sintió una mezcla de inquietud y preocupación. Sabía que Colin aún no tenía idea de la verdad sobre Penélope y que este secreto podría cambiarlo todo. Un nudo de ansiedad se formaba en su estómago al pensar en lo que podría pasar si él descubría la verdad y cómo eso podría afectar su relación. Desde las sombras de su propia confusión, sabía que tenía que ser una aliada y que debía proteger a ambas partes.

Con cada día que pasaba, Londres parecía estar a punto de presenciar una nueva revolución, no solo en las normas sociales, sino en los corazones de aquellos que se atrevían a desafiar las expectativas. La travesía hacia la verdad, el amor y la aceptación era profunda y, quizás lo más importante, llena de incertidumbre y esperanza.