Capítulo 11/ La Revelación de un Secreto

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La tarde se extendía dorada sobre el nuevo hogar de Penélope y Colin, un lugar donde los sueños comenzaban a florecer y cada rincón parecía contar su propia historia. Ellos habían encontrado un refugio perfecto, un espacio donde podían vivir su amor libremente. Penélope organizaba unas flores en un jarrón en la mesa del comedor mientras una suave melodía de piano resonaba desde el salón, una invitación a la calma y la serenidad.

Colin había salido más temprano con sus hermanos para practicar esgrima, una actividad que amaban y que significaba más que solo ejercicio; era una forma de camaradería y una manera de mantener la tradición familiar viva. Penélope disfrutó de esos momentos de soledad, reflexionando sobre el nuevo amanecer que constituía su vida junto a Colin. La luz del sol atravesaba las ventanas creando patrones danzantes sobre el suelo de madera pulida, y mientras las flores emitían un aroma fresco, se sentía afortunada por tener tanto.

Sin embargo, esa paz estaba a punto de romperse. La puerta se abrió de golpe y Cressida Cowper apareció, una figura muy indeseada en la tranquilidad de su hogar. La sonrisa en su rostro era despectiva y sus ojos, siempre llenos de malicia.

**"Ah, Penélope, tan encantadora como siempre,"** dijo Cressida, con un tono que no ocultaba su intención. **"Me temo que tengo negocios urgentes que discutir contigo."**

Penélope notó un escalofrío al escuchar el nombre de la mujer. Cressida era conocida por su negativa realidad en la alta sociedad y su capacidad para provocar scandal en un abrir y cerrar de ojos.

**"Cressida, ¿qué deseas?"** preguntó Penélope, tratando de mantener la calma.

**"Escucha bien, querida,"** continuó Cressida, sus palabras como puñaladas en el aire. **"Tienes un secreto que debes proteger, y sé exactamente cómo sacarle provecho. Si no me das diez mil libras, revelaré al mundo que tú eres Lady Whistledown."**

El mundo de Penélope se desmoronó. Se sentía como si el aire se hubiera vuelto frío y denso. **"Esa es una amenaza, Cressida. No puedes hacer eso."**

**"Oh, pero puedo, y lo haré,"** dijo ella con una risa burlona. **"La gente ama los escándalos, y no hay uno más delicioso que el de la aparentemente dulce Penélope Featherington, la escritora secreta que ha estado burlando a todos. Un par de palabras son suficientes para arruinarte."**

Penélope, sintiendo las lágrimas brotar en sus ojos, se despidió a toda prisa de Cressida, quien se retiró con una sonrisa satisfecha, saboreando su victoria. La tristeza pronto se transformó en angustia, y ella dio un paso hacia la biblioteca, donde sabía que Colin regresaría pronto.

Al escuchar el ruido de caballos retumbando en la entrada, el corazón de Penélope se aceleró. En cuanto Colin entró, supo al instante que algo no estaba bien. Su rostro cambió al instante, la preocupación surgiendo en sus ojos cuando se acercó a su amada.

**"¿Qué sucede?"** le preguntó, la suavidad en su voz contrastando con la intensidad de su mirada.

Con un profundo suspiro, Penélope le contó todo sobre la amenaza de Cressida. Cada palabra era un peso sobre su corazón; cada secreto revelado le hacía sentir más vulnerable. Cuando terminó, hubo un pesado silencio.

Colin la miró fijamente, su boca se endureció en una línea recta de apenada determinación. **"No puedo creer que alguien se atreva a amenazarte así. Te prometo que protegeré a mi esposa. Nadie tiene derecho a poner en peligro lo que más amo en este mundo."**

Sin embargo, sabiendo que la situación requería más que simplemente prometer protección, Colin comenzó a pensar en un plan mientras se levantaba para dirigirse hacia la puerta. **"Voy a salir a dar un paseo y considerar cómo abordar esto. Necesito despejar mi mente."

Por un beso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora