Alison W.
Los días pasaron, y mi relación con Tom iba bastante bien, asistía a sus carreras, o el iba a las mías. Entrenabamos juntos, también íbamos juntos a las reuniones. Exactamente de la manera que mi padre quería, todos los días juntos. Según el y Tom el rumor de un romance entre nosotros llegó a muchísima gente.
Ahora estaba en casa, había terminado de arreglarme para salir con Tom, teníamos que ir a una subasta. Mi vestido era negro, muy elegante, un corte recto sin tirantes, y una apertura en el muslo izquierdo, mis guantes le hacían juego.
Estaba tranquilamente con el teléfono hasta que papá me llamó.
—¡Isadora!
Solo con escuchar mi nombre sabía que debía de bajar. No creo que sea Tom, el siempre me llama cuando está abajo.
—¿Papá?- entré a su oficina y lo vi con un trago en su mano, estaba en su escritorio, el cual estaba lleno de papeles.
—Hija... necesitamos hablar.
Algo malo iba a decir, era obvio.
—¿Hablar?¿Ahora?, papá, no tenemos tiempo, debo irme con Tom a la subasta.
—Es sobre Tom, Isa.
No quería escucharlo, temía que papá arruine las cosas.
—Papá...
—Necesito que lo convenzas de algo. Necesito que... no, necesitamos que Tom rompa el contrato, es cierto que nos ah beneficiado mucho, pero hay una propuesta muchísimo mejor, hija.
No lo entiendo, papá era absurdo, se metió con el mafioso más peligroso por "nuestro bien" y ahora quiere romper el contrato. Eso no nos beneficiará, para nada, Tom se sentirá utilizado y querrá asesinarnos. Papá era idiota.
—¿Enserió?, papá, ¿qué haces?, no puedes hacer eso. ¡Tom nos matará!
—Hablemos de eso...
—¿Qué?¿Qué planeaste?- algo raro veía venir– Papá, no te metas con Tom, por favor.
—Hija, nada nos pasará si tu colaboras, solo haz lo que yo diga y todo saldrá bien.
—Hay muchas cosas que no entiendo.
—Isadora, no es necesario que te enteres ahora.
—No, no, tienes que decirme- al no ver ninguna respuesta empecé a molestarme– Papá, si no dices nada yo tampoco haré lo que dices.
Vi como se levantó de su asiento y se dirigía a donde yo estaba.
—Tu no entiendes nada. Lo único que debes saber es lo que tienes que hacer.
Su mirada era tan pesada que daba escalofríos, lo sentía tenso, en cualquier momento me soltaba un golpe, no podía hacer nada.
—¿Y qué es lo que tengo que hacer?
—Irán a la subasta, luego lo invitas al mirador qué te gustaba de niña, ¿recuerdas?- asentí con la cabeza– luego quiero que lo distraigas, y... simplemente espera ver su cuerpo derrumbarse, subes al auto y vienes a casa. Sencillo.
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𝐁𝐞𝐭𝐰𝐞𝐞𝐧 𝐁𝐮𝐥𝐥𝐞𝐭𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐊𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬; Tom K.
Fiksi Penggemar𝐄𝐧 𝐮𝐧 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨 𝐲 𝐩𝐞𝐥𝐢𝐠𝐫𝐨𝐬𝐨, 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐞𝐧𝐞𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬.