ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟠

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De repente recordó a su hermano mayor, aunque tenían diferentes apariencias y personalidades, aunque con el mismo gusto por los dulces.


¿Era correcta esa voz? Cuanto más intentaba recordar, más débil se volvía.


Había pasado mucho tiempo desde que conoció a su hermano, porque él abandonó a su familia.


 En el momento en que su hermano mayor, que estaba más orgulloso que nadie de que su abuelo fuera un actor fundamental en la revolución, se enamoró, cambió.


"Viviré para mi familia".


"¿Familia? El Ejército Revolucionario es nuestra familia".


Pero se resistió a la sugerencia de Sally.


"Mis hijos no serán criados como mi padre. Mi esposa, como mi padre... Ja, maldita sea..."


"¿Estás loco? No había nadie mejor que nuestro padre".


El ejército revolucionario era como una familia y la causa de hacer del mundo un lugar mejor para todos. Al final, su hermano mayor renunció a todo eso y sucumbió a la cruda realidad.


Sally debe haber sido la única que se sintió desconsolada cuando sus compañeros, que alguna vez fueron su familia, la señalaron como una cobarde. Ella lo llamaba una vez al año para que le devolviera el corazón en cada aniversario de su madre, que murió honorablemente durante la operación.


Sin embargo, su hermano dijo que no se arrepiente.


[Más bien, ahora estoy muy feliz. Mamá estará orgullosa de ti.]


¿Eran sinceras esas palabras? ¿Cómo podía ser sincero...?


Además, su madre, que había consagrado su vida a la revolución, no podía estar orgullosa de su hijo, que había huido cobardemente.


[ Sal tú también de ahí. Vivamos juntos. Martha está deseando vivir contigo. ]


No, eso no iba a suceder. Al igual que su madre, aunque tuviera que sacrificar su vida, ella no huiría. Ella sería la niña de la que su madre estaría verdaderamente orgullosa.


Crujir.


La cama crujió de nuevo.


Sally, que había estado dando vueltas en la cama sin poder dormir, se quedó paralizada de repente. Fue porque los pasos de un hombre resonaron fuera de la puerta.


'OMS...?'


En ese momento, el propósito del hombre que llega a la habitación donde se encontraba sola la criada no podía ser puro. Para obligarla a hacer un recado, bastaba con tocar el timbre tirando de las cuerdas por todo el anexo.

𝓡𝓾𝓮𝓰𝓪 𝓟𝓸𝓻 𝓜íDonde viven las historias. Descúbrelo ahora