La atmósfera seguía envolviéndolos, densa como una niebla que ninguno de los dos estaba dispuesto a disipar. Las miradas de Loid y Yuri eran como dos espadas cruzadas, cada una evaluando al contrincante, esperando cualquier señal de debilidad o fisura. El suave murmullo del restaurante apenas alcanzaba sus oídos; para ellos, el entorno desaparecía, concentrándose solo en esa conversación cargada de tensión.
Yuri, aunque mantenía su habitual aire casual, no podía ocultar del todo su desconfianza. Había algo en Loid que simplemente no cuadraba. ¿Cómo alguien tan perfectamente tranquilo, tan calculado, podía ser auténtico? En su experiencia, las personas que mantenían el control en todo momento eran las que tenían más que esconder. La sonrisa de Loid era educada, pero para Yuri parecía una máscara cuidadosamente diseñada para ocultar algo más profundo.
"Entonces, Loid," continuó Yuri, inclinándose ligeramente hacia adelante, su voz ahora baja pero cargada de curiosidad afilada. "Dices que tu investigación se centra en el impacto del estrés en la salud mental. Eso suena fascinante. ¿Qué tipo de pacientes suelen acudir a ti? ¿Casos extremos?"
Loid mantuvo su postura relajada, pero sabía que la pregunta no era tan inocente como sonaba. Yuri no solo estaba interesado en su trabajo, sino que estaba intentando indagar más, buscando cualquier resquicio de incongruencia.
"Atiendo una variedad de casos," respondió Loid con naturalidad. "Desde problemas comunes de ansiedad hasta trastornos más complejos. Es un campo que requiere mucha paciencia y comprensión. Cada caso es único, y trato de dar lo mejor de mí para ayudar a cada persona a encontrar el equilibrio."
"¿Equilibrio?" repitió Yuri, saboreando la palabra, como si tratara de encontrar un doble significado en ella. "Debe ser difícil para alguien mantener tanto equilibrio. Trabajo, familia, investigación... parece mucho para una sola persona."
"Lo es," admitió Loid. "Pero, como mencioné antes, tener una familia que me apoya hace que todo sea más llevadero."
"Claro," dijo Yuri, esbozando una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. "Aunque no puedo evitar preguntarme... ¿alguna vez has tenido que lidiar con algún problema más personal? Algo que no puedas resolver con tus métodos habituales de psiquiatría."
Loid sostuvo la mirada de Yuri con calma, entendiendo el verdadero significado detrás de la pregunta. Sabía que Yuri estaba tanteando el terreno, buscando algo, cualquier indicio que lo llevara a descubrir quién era realmente. A pesar de ello, Loid no flaqueó.
"Como todo el mundo, he tenido desafíos personales," respondió Loid, manteniendo su tono tranquilo. "Pero siempre encuentro la manera de superarlos. A veces, uno simplemente tiene que confiar en las personas que lo rodean."
Yuri entrecerró los ojos. Estaba claro que Loid no iba a dejarse atrapar tan fácilmente. Cada respuesta era impecable, cada palabra cuidadosamente escogida para no revelar más de lo necesario. Aun así, Yuri no podía ignorar la sensación persistente de que había algo que no encajaba.
"Confianza..." murmuró Yuri, como si estuviera reflexionando sobre la palabra. "Es curioso que menciones eso. Creo que la confianza es algo que debe ganarse, no solo darse por hecho."
Loid asintió, manteniendo su compostura. "Estoy de acuerdo. La confianza se construye con el tiempo, a través de acciones y no solo palabras."
"Entonces, ¿cómo construiste esa confianza con Yor tan rápido?" preguntó Yuri, su tono adquiriendo un filo más agudo. "Parece que todo entre ustedes pasó bastante rápido. Y, siendo sincero, como su hermano, es mi deber asegurarme de que está en buenas manos."
Loid entendió el desafío en las palabras de Yuri, pero su respuesta fue igual de controlada. "Yor es una persona increíble, como bien sabes. Desde el principio, me esforcé por ser honesto con ella y demostrarle con mis acciones que siempre estaré ahí para ella y para Anya. La confianza que tenemos es mutua."
Yuri observó a Loid con ojos escrutadores. No le gustaba la respuesta. Sonaba demasiado perfecta, demasiado calculada, como todo lo demás en Loid. Pero ¿cómo podía alguien ser tan impecable? Debía haber algo más, algo que Loid estaba escondiendo. Quizás aún no había encontrado la manera de descubrirlo, pero Yuri estaba decidido a no detenerse hasta hacerlo.
"Espero que sea así," dijo Yuri, su tono suavemente amenazante. "Porque te digo una cosa, Loid. Si descubro que en algún momento has hecho algo que pueda lastimar a Yor o a Anya, no me importa qué tan bueno seas en tu trabajo o cuántos pacientes ayudes. Me aseguraré de que lo pagues."
La tensión entre ellos se intensificó, el aire en el restaurante parecía vibrar bajo el peso de la amenaza velada de Yuri. Loid no mostró ni un rastro de miedo o incomodidad. Simplemente mantuvo su mirada fija en Yuri, sabiendo que cualquier reacción extrema solo alimentaría las sospechas de su cuñado.
"Entiendo perfectamente," respondió Loid, su voz firme pero calmada. "Tú y yo queremos lo mismo: proteger a Yor y Anya. Haré todo lo posible para asegurarme de que ellas estén bien."
Yuri mantuvo su mirada fija un momento más, buscando algún indicio de falsedad en Loid, pero no encontró nada. La partida de ajedrez continuaba, y ambos sabían que esta conversación era solo un capítulo en un juego mucho más largo y complicado.
El regreso de Yor y Anya alivió momentáneamente la tensión, pero ambos hombres sabían que la verdadera batalla seguía librándose en las sombras. Loid tenía que mantenerse alerta, y Yuri seguiría buscando cualquier grieta en su fachada. La danza de secretos continuaba, con cada uno de ellos caminando en una delgada cuerda, intentando no perder el equilibrio mientras el futuro de su familia pendía en la balanza.
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De Enemigos a Amantes
AzioneLoid Forger debía averiguar la antigua vida de su nueva esposa, por ello tendría que invadir la vida del único que la conocía desde años, Yuri Briar el hermano menor de Yor, ahora otra fase de su misión era averiguar quienes eran realmente los Briar...