⋆⭒˚.⋆ 4: Castillo ⭒˚.⋆⭒

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⋆。‧˚⚝ Jughead Jones ⚝˚‧。⋆

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⋆。‧˚⚝ Jughead Jones ⚝˚‧。⋆

─Astrid, cariño, ¿quieres dejar de revolver el orden de mi casa? ─pregunté con diversión, apoyado en la puerta de entrada al comedor.

Mi hija no había dejado de subir y bajar las escaleras, acomodando puntos distintos de la casa para que se vieran perfectos cuando la chica que quería que fuera su amiga, eh... ¿Chiara? Creo que así se llamaba, bueno, para cuando ella llegara.

Había acomodado y reacomodado unas cuatro veces la mesa de la galería de la parte de atrás de la casa, también del cuarto de juegos y vale decir que nunca la había visto subir esas escaleras tantas veces en los diecisiete años que llevaba criándola. Por supuesto, había desacomodado y vuelto a acomodar su habitación de igual manera.

─No, siento que me voy a morir de los nervios. ─murmuró.

─Cariño, es una chica de tu clase, no Taylor Swift. ─reí levemente y ella bufó.

Se acercó a mí para dejar caer su cabeza contra mí brazo.

─Ya sé, pero nuestra primera interacción fue porque la choqué y las dos veces que hablamos literalmente huyó de mí. ─no podía ver su cara, pero estaba seguro de que estaba haciendo un puchero.

─Astrid, princesa, eres la chica más amable y agradable del mundo, estoy seguro de que no le caes mal. Solo debes relajarte y ser tu misma, ¿Ok?

─Ok. ─asintió y se enderezó para mirarme con una sonrisa.

Yo miré sus ojos grises azulados y un recuerdo de su madre me golpeó la mente. Sin dejarla notar el cambio en mi cara, besé su frente y justo sonó el sonido de vibración del teléfono fijo junto a la puerta.

─¡Ya debe haber llegado! ─chilló mi hija y reí.

Me acerqué al teléfono y lo tomé. Esta línea solo la tenía el guardia de la caseta y los que vigilan la casa.

─¿Si?

─Señor Jones, llegó una chica, dice ser Chiara Cooper. ─avisó Matt.

─Bien-

Antes de que pudiera decirle que la dejara pasar, Astrid habló.

─¡Yo iré por ella!

Oí la risa de Matt por el teléfono y supe que la había oído. Todos los guardias adoraban a mi hija, era una chica que llenaba de alegría la vida de quien la conocía.

our new life | bugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora