libro independiente
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creyó que nunca iba
a poder darle a su
hija la vida que quería,
hasta que, finalmente,
apareció él y se dio cuenta
de que quizás no todo
estaba perdido.
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historia original de @-titalo
prohibida copia y/o a...
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⋆｡‧˚𖹭 Chiara Cooper 𖹭˚‧｡⋆
─Chiara, estás hirviendo, no deberías ir a la preparatoria hoy. ─suspiró mamá, tocando mi frente con su mano.
─Ma, no puedo faltar, la beca. ─murmuré.
La verdad es que sí me sentía como una mierda y estaba algo mareada, pero no quiero perder la beca por faltar solo por eso. Me siento lo suficientemente bien como para aguantar hoy.
─Pero cariño, estás enferma. ─lucía preocupada.
─Tranquila, ¿si? Estaré bien. ─le brindé la mejor sonrisa que me salió.
─¿Segura? ─asentí y me arrepentí rápidamente porque sentí que se me sacudía el cerebro─. Bien, pero te daré una pastilla para el dolor de cabeza y, cuando vuelva del trabajo, iremos al hospital. Te llevas una botella de agua, eh.
─Sí, mamá, relájate. ─bufé.
─Relájate y un pepinillo. ─reí levemente al oírla─. Siéntate. ─señaló una de las sillas de la mesa.
Tomé asiento y ella fue a cargar agua en una botella para después dármela. Ya había desayunado y estaba lista para ir a la preparatoria, pero mamá había estado insistiendo con que no vaya.
No puedo faltar ni reprobar ningún trimestre por la beca que tengo en la preparatoria. Es decir, tengo diez faltas disponibles, pero recién vamos un mes y pocos días de clases, no puedo empezar a faltar, aunque las faltas estén justificadas.
─Ya está. ─murmuró─. ¿Vamos? ─preguntó y asentí.
Tomé mi celular y me levanté de la silla más despacio de lo normal, ajusté mi tote bag a mi hombro y las dos salimos de la casa.
─Chau, ma- ─cuando me giré para despedirme de mi mamá, ella me interrumpió.
─Ah-ah, ─negó─ te llevaré yo. No acepto un no por respuesta, estás enferma. ─me interrumpió cuando estuve por refutar.
─Bueno. ─bufé.
Mamá sonrió triunfante y ambas nos subimos al auto, ella en el asiento de piloto y yo en el de copiloto. Si me llevaba y luego iba a la cafetería, llegaría como diez minutos tarde y sus jefes la matarían, pero mi mamá es más terca que una mula.
─Quiero que me llames si te sientes muy mal. ¿Ok? ─aseveró y asentí, aunque sabía que no lo haría.
