*TAEHYUNG ⛸️

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Mi agenda es un caos total y absoluto, y estoy de mala leche.

Esto es justo lo contrario a la sensación de viernes que a la gente le gusta tanto. Hoy tenía que ser un día libre de problemas; me he despertado con un tío guapísimo, y el resto del día estaba planeado a la perfección: gimnasio, clases, entrenamiento con Aaron, cena y después bailar hasta que me dolieran los pies en la fiesta con mejor pinta.

Incluso tenía la opción de volver a ver a Hyung Sik para aliviarnos la tensión mutuamente si tenía un rato libre.

Pero según el email pasivo-agresivo que acabo de recibir, a David Skinner, el director deportivo de Maple Hills, le trae al pairo mi agenda o mi horario de entrenamientos, por no hablar de mi vida sexual.

¿O si no por qué ha cancelado los entrenamientos y ha convocado a todos los alumnos en el peor rincón del campus?

En este edificio es donde todos los entrenadores se esconden para conspirar sobre cómo jodernos la vida. Cuando esta mañana he subido una foto que decía «Disfruta del momento presente», no tenía ni idea de que acabaría en una cola infinita de alumnos intentando acceder al salón de premios.

Estoy sumido en pensamientos furiosos y casi asesinos cuando dos brazos musculados envuelven mi cintura desde atrás y noto cómo unos labios me presionan la coronilla. Reconozco a Hyung Sik al instante, me acomodo en su abrazo y levanto la cabeza para mirarlo. Se inclina para darme un beso en la frente y, por supuesto, me siento mejor.

—Hola, precioso. 

—Me estoy estresando —gruño, mirando al frente para ver si avanza la cola—. Y tú te estás colando descaradamente. Te la vas a cargar.

Me agarra de los hombros y me da la vuelta para colocarme frente a él. Me pone un largo dedo debajo de la barbilla para que alce la cabeza y lo mire a los ojos. Cuando pienso que no puede ser más mono, me retira el pelo de la cara y me sonríe. 

—Tú controlas la agenda, Tae. No la agenda a ti. 

—Aun así, te estás colando.

Se ríe y se encoge de hombros. 

—Me estabas guardando el sitio. Eso es lo que le he dicho a todo el mundo. Venga, ¿qué frase motivacional has subido hoy? ¿O me tengo que meter para recordártela?

Hyung Sik y yo empezamos a salir el año pasado cuando nos conocimos en una fiesta y nos tocó de pareja en el beer pong. Obviamente ganamos, porque somos los más cabezotas y competitivos de Maple Hills o cualquier sitio a cien kilómetros a la redonda. Al día siguiente apareció en mi bandeja de MDs, con la broma de que no esperaba encontrar que un aficionado a los juegos de beber tan agresivo tuviera las redes sociales llenas de mensajes motivacionales de buen rollo.

Desde entonces, cuando estoy cansado o de mal humor, me recuerda que debería ser un rayito de sol. «Idiota».

—¿Y bien? —pregunta mientras nos vamos acercando a la puerta de entrada.

—Era algo sobre disfrutar el momento presente.

Sonríe ampliamente al darse cuenta de que me ha pillado.

—Bueno, me vale. Es una putada que hayan suspendido los entrenamientos, pero si disfrutas del momento presente, ahora estás conmigo y yo soy genial.

Me cruzo de brazos y me esfuerzo por contener la sonrisa que está a punto de escapar de mis labios, en un intento de fingir que no tiene ninguna influencia en mi estado de ánimo.

—Ajá.

—Madre mía, qué público más duro. En cuanto salgamos de aquí, te llevo a comer algo, y después podemos ir a un partido de hockey para ayudarte a liberar todo ese estrés que tienes.

AMOR EN HIELO (KOOKV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora