Elena.
-¡Vamos a un lugar seguro Elena!
Breythan me toma de la mano y me hace correr a su ritmo conforme intentamos salir del bosque por el lado contrario a donde se ha originado el fuego. Escucho explosiones y más gritos que logran aturdirme en lo más profundo de los oídos.
El reino de Herheimer es el más grande de los cinco reinos que componen a Cariz, hasta dónde yo sé, nunca les hemos hecho nada para merecer sus recurrentes ataques, pero su rey no es alguien que entienda de razones. Se nos habla de él en las tutorías como parte de la cátedra de historia, el rey vampiro Astaroth Herheimer. Si no fuera porque estoy corriendo por mi vida gracias a él, me estaría burlando de su nombre justo ahora, ¿Quién habrá nombrado de tal manera al pobre hombre?
Veo cómo los elementales del agua comienzan a trabajar para ahogar las llamas del incendio junto con las hadas estacionarias pero no veo a ningún soldado Herheimeriano.
-Breythan, ya no puedo más, los pulmones me calan por el esfuerzo y el aroma del humo...
Mis piernas flaquean pero él no se detiene, mi vestido celeste con olanes se comienza a llenar de lodo conforme seguimos corriendo y yo me tropiezo varias veces, necesito un descanso.
-Vamos Elena, ya casi llegamos al pueblo, debo ponerte a salvo.
Giro la cabeza hacia la derecha tratando de tomar aire fresco para poder seguir y entonces a lo lejos veo una silueta muy extraña, es un hombre, un hombre muy alto en un traje con capa color negro y rojo, no logro detallarlo a detalle, pero noto que nos está observando mientras se cruza de brazos y su cabello lacio y semi largo del color de la plata más fina se mece con la brisa del viento; juraría que sus ojos son rojos pero no lo determino lo suficiente ya que sigo corriendo por mi vida. ¿Ese extraño será algún elemental del fuego?
***
¡Estamos vivos! ¡Y gracias a Adara estamos de vuelta en mi hogar! Lydia y Rose nos están esperando al lado de la puerta y, al vernos, corren para envolverme en un cálido abrazo, ellas han sido mis amigas desde que tengo uso de razón al igual que Breythan, espero que sigamos juntos por muchos años carioziónicos más.
-¡Por Adara Cariz! ¡Elena! No tienes ni idea de lo preocupadas que estábamos por ustedes. -Rose es quien habla mientras que Lydia comprueba que estoy completa.
-Lo lamento tanto chicas, no fue mi intención preocuparlas, pero no sabíamos que al rey Herheimer se le ocurriría atacar hoy, me esperaba un mejor regalo de cumpleaños de su parte a decir verdad.
Bromear o hacer comentarios imprudentes en momentos inapropiados es un grave defecto mío, pero no puedo evitarlo, es mi manera de sobrellevar los malos momentos. Lydia me mira con esos ojos castaños llenos de reproche, ella odia mi insensatez casi tanto como mis padres.
-Elena, no digas eso ni en broma, tú más que nadie debería de mantenerse lejos de ese despiadado rey, tú eres luz y él es oscuridad, son dos elementos que nunca deben mezclarse.
-Calma Lydia, lo dices como si hubiera dicho que me casaré con él para ser su reina, eso nunca pasará, lo odio tanto como cualquiera, no toleraría despertar a su lado el resto de mi vida.
Breythan se pone incómodo a mi lado, supongo que una imagen mental mía en brazos del rey enemigo no le ha resultado nada placentera a su imaginación, yo y mi bocota, gracias a Adara mi madre sale de la mansión con un claro semblante de preocupación pero me detalla y su expresión se relaja notablemente .
-¡Elena, mi niña! -Me abraza con fuerza y después me hace entrar en compañía de mis amistades. -¡Estaba tan preocupada por ti! Tu padre sigue en la guardia y no tenía quien te fuera a buscar a la taberna.
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El Pasado Nunca Muere
FantasyLa vida nunca es ni será fácil, siempre habrá problemas, siempre habrán tropiezos, pero en nosotros está la capacidad de superarlos y seguir adelante. Aunque, ¿Qué tan capaces seremos de salir adelante en un mundo lleno de criaturas? Donde hay sere...