Elena.
Trato de procesar lo que sus labios han pronunciado, me ha estado viendo la cara de tonta desde el principio, fui su bufón, su diversión personal, ¿En verdad? ¿Por qué? ¿Por qué jugó conmigo si yo siempre le he dado mi más sincero amor? Porque eso es lo que he sentido por Breythan Harbbey desde los cinco años, amor, un amor puro e incondicional al cual nunca le interesó que él no fuera de mí misma clase social.
Desde el inicio de nuestra relación. Él lo ha sabido desde el inicio y nunca me lo dijo, al contrario, me hizo creer que se casaría conmigo.
-Tienes tres minutos Breythan Harbbey, uno por cada mes en que me viste la cara y te advierto que el tiempo ya comenzó a contar.
-Lo lamento tanto Elena, yo te amo, esa es mi verdad, desde que somos niños has cautivado mi atención y fomentado mis afectos.
-¿Pero?
-Pero yo te lo dije aquel día en el lago, cuando teníamos diez, ¿Lo recuerdas?
El lago, nosotros a los diez, lo recuerdo. Fue la primera vez que nos escapamos juntos, él me convenció de salir de mi hogar y en aquel claro azulado me confesó querer una vida llena de lujo y ser alguien importante en Elementalya pues no soportaba ser el hijo del herrero del reino. ¿Es esa su razón? ¿Escoge el poder por encima del amor?
-Así que como yo no soy una princesa sólo te divertiste conmigo y ahora me vas a desechar como a una flor marchita.
-No lo veas así Elena, en verdad te amo, y sabes las normas no estipuladas de Elementalya, tú y yo no tenemos por qué separarnos después de mi matrimonio.
Él no me acaba de decir eso, de todas las posibles cosas que me pudo confesar no se decidió por la más cruel y denigrante de todas.
-¿Me estás pidiendo ser tu cortesana?
-No, las cortesanas reciben un salario y están con más hombres, tú serías solo para mí, tu tío está de acuerdo en esta proposición. Elena, entiéndeme por favor, no quiero dejarte ir.
Yo esperaré por ti, serás mi esposa algún día. Mentiras, esas bellas promesas cubiertas de mentiras están siendo derribadas como torres en mal estado. Las cortesanas no se casan jamás, pero sí reciben un salario por sus servicios, cosa que yo no tendré suponiendo que acepte ser la amante de Breythan, aunque ni en mil eras carizinas yo accedería a cumplir tal papel. No seré quien irrumpa en un matrimonio y cause discordia e inseguridad en una mujer.
-¿Quién eres Breythan Harbbey? Porque me ha quedado claro que no eres aquel joven que conocí en mi niñez.
-Elena, yo siempre he sido así, que tú no me hayas visto como realmente soy no es mi culpa.
Ya ni siquiera quedan trozos de mi corazón, son finas partículas que fueron pulverizadas por este golpe de realidad. Él no era real, Breythan, mi Breythan no era real, todo fue una maquinación de mi imaginación que se empeñó en idealizarlo y elevarlo en un pedestal como si fuera una gran divinidad.
-No acepto su insólita propuesta y le notifico que sus tres minutos se han terminado, si me disculpa su excelencia, yo me paso a retirar. -Le hago una corta reverencia y antes de salir le dedico una última frase que no puedo seguir conteniendo. -¿Sabe algo? Es justo que sea usted quien haya destrozado mi corazón al final, después de todo, había sido suyo desde el principio.
Llego a mi alcoba y no tengo energía para limpiar, me lanzo en el catre que rechina al recibir mi peso y rompo en llanto, lo he perdido todo, perdí a mis padres de una manera muy indirecta, perdí mi título y con ello mi libertad, perdí la oportunidad de poseer un elemento como los demás, y lo más doloroso, además de perder al hombre que amaba, perdí a mi mejor amigo.
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El Pasado Nunca Muere
FantasyLa vida nunca es ni será fácil, siempre habrá problemas, siempre habrán tropiezos, pero en nosotros está la capacidad de superarlos y seguir adelante. Aunque, ¿Qué tan capaces seremos de salir adelante en un mundo lleno de criaturas? Donde hay sere...