Capítulo IV.

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Elena.

Siento que mis pies me fallan y estoy a punto de caer, yo escuché mal, esto no puede ser cierto. Rose está a mi izquierda y su preocupación por mí se siente incluso con la distancia. Esto no es cierto, no lo es, ¡No, no, NO!

Recuerdos atropellados me atraviesan la memoria, un niño pelirrojo de cinco años que me rescató de la fosa oscura a la que me había caído por un descuido, ese niño quien se volvió mi primer amigo y después llegaron otras dos pequeñas niñas a nuestra humilde banda de amistad. Ese niño quien me compraba velas con aroma a lirios porque gracias a mi caída le empecé a temer a la oscuridad, a la sensación de soledad, sensación que no percibo si hay una luz encendida. Recuerdo a ese niño que leía conmigo por horas y quien se volvió mi primer y único amor a pesar de que nunca nos habíamos dado un sencillo abrazo, yo creía fervientemente que nuestra relación no necesitaba esa clase de actos, pero parece que no es lo único en lo que me he equivocado.

Breythan se levanta y camina al centro del escenario donde Verity ya lo está esperando, siento que voy a devolver el desayuno. Guarda calma Elena, esto no es verdad, tu corazón no se siente cómo un frágil cristal estallando en miles de pedazos, esto es una pesadilla, ¡Sí, eso es! Me pellizco la piel de la muñeca y el dolor me confirma lo que más me temía, esto no es un mal sueño, en verdad está ocurriendo.

-Breythan Harbbey, toma a Verity Cragbow y juntos enfrenten el decreto de los cielos.

Ambos se toman de las manos y después de beber de las aguas de las cataratas por medio de la copa de madera que les ofrece Mailine ambos desprenden una tenue luz que poco a poco los envuelve por separado. La de Breythan se vuelve color marrón y penetra sus ojos volviéndolos del mismo color, su elemento es la tierra, adiós a sus ojos verdes, y adiós a las promesas que me había hecho sobre ser su esposa algún día.

Verity desprende una luz azul rey que penetra sus ojos y queda evidente que su elemento es el agua, ambos poseen los elementos que tienen los actuales reyes, los cuales por cierto han faltado a la ceremonia.

Trato de no llorar con todas mis fuerzas, me siento tan tonta, no puedo creer que yo me he visto envuelta en esta situación. Muy a mí pesar, continúo viendo todo con lujo de detalle, Breythan mira al público con su mano izquierda tomando la mano derecha de su prometida y para mi gran sorpresa, él está sonriendo.

-La boda real será llevada a cabo el duodécimo día del séptimo mes lunar, ¡Bendita sea Calíope!

Eso es en tres meses lunares exactos, parece que al menos Rose acertó al decir que la boda será celebrada pronto. Ella me toma de la mano sutilmente y no me atrevo a mirarla, si lo hago sé que voy a llorar, y esta ceremonia todavía no termina. La pareja real abandona el escenario y toman asiento en los lugares dispuestos para las parejas formadas. No lo mires Elena, por tu bien, deja de mirarlo y déjalo ir, aunque te duela, aunque quieras aferrarte a él y pedirle que te confirme que todo esto solo fue una confusión, déjalo ir.

La ceremonia de los elementos para los que quedaremos sin prospecto este año comienza y uno a uno van pasando al frente, beben del agua de las cataratas y se manifiesta el elemento que portarán el resto de su vida.

Lydia tiene el fuego y Rose el agua, muy apropiados para ellas si me lo preguntan. Lo más probable es que yo obtenga el elemento de la tierra como mi madre, o el del rayo como mi padre, pues heredar elementos de los miembros de nuestras familias es lo más común. Por alguna extraña razón, soy la última en pasar, veo el agua cristalina frente a mí y la bebo sin pensarlo mucho, miro al frente mientras espero mi luz de revelación pero por más que espero, no aparece nada.

¡Esto no me puede estar pasando en serio! Oh Adara, ¿Acaso no fue suficiente con perder al hombre dueño de mi corazón?

Un jadeo de sorpresa se escucha por todo el recinto y no podría sentirme peor; una señora que ni conozco es la primera en gritar mi cruel verdad: ¡La única hija de los duques Brighwood es una anelemental!

El Pasado Nunca MuereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora