Capítulo 6: "El Precio de la Lealtad"

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La ciudad había cambiado desde la última vez que _________ y María salieron juntas. Las luces parpadeantes de los clubes y las sombras que se alargaban en las calles parecían más amenazantes que nunca. A pesar de estar juntas, la tensión entre ellas era palpable, una carga invisible que ambas llevaban en sus corazones.

Se detuvieron en un bar clandestino, escondido en un callejón olvidado. La música pulsante y el murmullo de la multitud creaban una atmósfera vibrante, pero para Miko, cada nota era un recordatorio de lo frágil que era su felicidad. Sabía que no podían permanecer en la oscuridad para siempre, pero la idea de salir a la luz la aterrorizaba.

__________ la miró de reojo mientras se sentaban en una mesa apartada. Con una sonrisa coqueta, pidió un par de tragos, y cuando el bartender le lanzó una mirada curiosa, le lanzó una sonrisa que hizo que se le cayera un vaso al suelo. Maria no pudo evitar reírse.

-Siempre sabes cómo hacer que la gente se sonroje dijo Miko, sintiéndose un poco más relajada. -

-Es un talento, nena -respondió _________ guiñándole un ojo antes de darle un trago a su bebida-. Pero la verdadera diversión viene cuando la gente menos espera.

Mientras se sumergían en risas y bromas, Miko sintió que, por un momento, podían olvidarse de la realidad. Pero el mundo exterior no era tan indulgente. La puerta del bar se abrió de golpe, y un grupo de hombres entró, su presencia intimidante rápidamente llenó el espacio.

La mirada de _________ se endureció de inmediato. Reconoció a los hombres: eran de una facción rival, los que habían estado acechándolas. El líder del grupo, un hombre con cicatrices en la cara y una sonrisa cruel, avanzó hacia ellas con paso decidido.

-Vaya, vaya, si no es la pareja del momento -dijo, su voz resonando con una mezcla de desprecio y diversión-. ¿Pensaron que podían esconderse en un lugar como este?

_________ se levantó de un salto, su cuerpo en guardia, pero María la tomó del brazo, apretando la mano en un gesto de advertencia. No podía dejar que la ira de ___________ los metiera en problemas.

-No estamos buscando problemas -dijo María, su voz tranquila aunque tensa.

El hombre rió, un sonido que resonó como un eco oscuro en el bar. -Eso es precisamente lo que todos dicen antes de que las cosas se pongan feo.

-Te equivocas -dijo ____________ enfrentándolo con valentía -. Sabemos exactamente lo que queremos. Y tú no estás en nuestra lista.

La tensión en el aire era palpable. Miko sintió el sudor en su frente mientras sus corazones latían desbocados. El grupo de hombres comenzó a rodearlas, la multitud en el bar quedó en un incómodo silencio, como si supieran que lo peor estaba por venir.

-¿Y qué vas a hacer? -preguntó el líder, acercándose más, con una mueca burlona en su rostro. ¿Dispararme? ¿Por qué no dejas que las cosas fluyan? Te haría bien dejar de pelear.

________ apretó los dientes, su mirada afilada como un cuchillo. -Nunca dejaré que me digan qué hacer.

Las palabras resonaron con fuerza. Miko sintió un torrente de admiración y preocupación por igual. Ella sabía que _________ era una guerrera, pero también sabía que la situación estaba a punto de volverse mortal. La rabia de ________ podía desatar un caos que ninguna de ellas podría manejar.

-Esto no es solo un juego -dijo María, su voz un poco más firme, intentando intervenir-. No queremos problemas, pero tampoco nos dejarás en paz si lo que buscas es pelearnos.

El hombre sonrió, pero había algo en sus ojos que parecía advertirles. En un instante, sacó una pistola de su chaqueta. Antes de que María pudiera reaccionar , ________ se lanzó hacia ella, empujándola fuera del camino justo cuando el disparo resonó.

La bala voló, impactando en la barra detrás de ellas, y la multitud estalló en gritos, corriendo en todas direcciones. La adrenalina inundó el cuerpo de Miko mientras el caos se desataba a su alrededor.

-¡Corre! -gritó ________ levantando su propia pistola mientras disparaba hacia los hombres que se acercaban.

María, aún aturdida, se incorporó y siguió a ___________ mientras se abrían camino a través del bar, el sonido de los disparos resonando a su alrededor. Las luces parpadeaban y el aire se llenaba de humo y desesperación.

Una vez afuera, ambas corrieron hacia el callejón, buscando refugio. ___________ estaba a su lado, disparando a los hombres que las seguían, su expresión feroz pero decidida.

-¡No te detengas! -gritó ________ urgencia. su voz resonando con urgencia

Al llegar a la esquina, se dieron cuenta de que el callejón se cerraba. Sin opciones, se dirigieron a un edificio cercano, forzando la puerta y entrando a una habitación oscura. La única luz provenía de una ventana rota que apenas iluminaba el espacio.

María estaba hiperventilando, su corazón latiendo con fuerza. Se volvió hacia _________ y la vio respirando con dificultad, con el cabello desordenado y el rostro tenso.

-Estás herida -dijo María, notando la sangre en el brazo de _______

-No es nada -respondió ________ desechando su preocupación mientras examinaba su arma-. Pero tenemos que movernos.

Miko sintió una punzada de dolor. Sabía que _________estaba tratando de mantener la calma, pero el miedo brillaba en sus ojos. Se acercó, tomando su mano y sosteniéndola con fuerza.

-Esto no puede seguir así. No puedo perderte -dijo María, sus ojos llenos de lágrimas-. Te necesito.

__________ miró sus manos entrelazadas y, por un momento, la dureza en su mirada se ablandó. Te prometo que haré todo lo que esté en mis manos para protegerte.

Sin embargo, el eco de los disparos que resonaban en la distancia les recordaba que su tiempo se estaba acabando. Con un nudo en el estómago, ambas sabían que el verdadero enfrentamiento estaba por llegar. ¿Pero a qué precio?

La vida que llevaban se había vuelto una danza mortal, y aunque el amor las unía, las sombras del pasado amenazaban con separarlas. La batalla estaba lejos de terminar.
















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Entre Sombras y Pasión |||||  ʸᴼᵁᴺᴳ ᴹᴵᴷᴼ ˣ ᵀᵁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora