𝟎𝟒 |

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📅 Noviembre, 2023

📍 Oxford, Inglaterra

Con el tazón de palomitas repleto de azúcar rosada y un refresco en la mesa de luz, siendo las seis de la tarde, mientras el sol se ocultaba afuera, Lulu se acostó en el respaldo de su cama con una mantita alrededor y prendió la portátil.

—Lulu, ¿tienes crema para...? —preguntó Henry, entrando a la habitación sin tocar la puerta antes—. ¿Qué estás haciendo en la cama a esta hora?

—Nada... —contestó la rubia, sonriendo para verse natural, pero la canción de introducción de la Fórmula 1 sonó desde la computadora, delatando lo que estaba haciendo.

—¿En serio estas por ver la carrera? —se burló su amigo, cruzándose de brazos.

—Sí, ¿y qué? —respondió a la defensiva Lulu, encogiéndose de hombros.

Henry soltó una risa suave mientras se acercaba a la cama.

—¿Esto es por Norris?

Lulu puso los ojos en blanco, pero una sonrisa traviesa se asomó en sus labios.

—Obviamente no, Henry —respondió, ajustando la manta sobre sus piernas—. Aunque si gana hoy, no me quejaría.

Henry se rió y se dejó caer en una silla junto a la cama, apoyando los pies en el borde.

—Pasame las palomitas...

La rubia se metió un par de granos de maíz en la boca y le pasó el tazón a su amigo, mientras volvía a prestar atención a la pantalla. Justo en ese momento, enfocaron a Charles Leclerc chocando en el calentamiento.

—Uhh —exclamó la rubia frunciendo el ceño—. Papá debe estar gritándole a la televisión ahora.

—El monegasco favorito del príncipe contra la pared —agregó el rubio—. Definitivamente, debe estar enojado.

Lulu soltó una risita, imaginando a su papá gesticulando frenéticamente frente al televisor, como hacía siempre que Leclerc cometía algún error.

—Sí, definitivamente —dijo, mientras tomaba un sorbo de su refresco—. Seguro está diciendo que "así nunca vamos a ganar un campeonato" o algo por el estilo.

—Ahora que lo dices, tengo curiosidad. ¿Te sigue gustando Leclerc?

Lulu se atragantó un poco con el refresco al escuchar la pregunta de Henry, y sintió cómo el calor subía a sus mejillas. Rápidamente se inclinó hacia adelante, dejando el vaso en la mesa de luz, intentando disimular su nerviosismo.

—¿Qué? ¡No! —respondió, con una risa incómoda, agitando la mano en el aire—. Eso fue cuando era una niña... solo un pequeño crush infantil, nada serio.

Henry levantó una ceja, claramente divertido por la reacción de Lulu.

—¿Un crush infantil? ¿Segura que ya pasó?

—Totalmente segura —dijo Lulu, apretando la manta contra su pecho, tratando de recomponerse—. Vamos, Henry, era una tontería. Tenía como... ¿doce años? Ni siquiera sabía lo que era un crush de verdad en ese entonces.

Henry la miró con una sonrisa juguetona, sabiendo que la había hecho sonrojar.

—Ya veo. Entonces, ¿Leclerc es solo un piloto más para ti ahora? Nada de esos suspiros que dabas cuando salía en las entrevistas y...

Lulu le dio un empujón en el brazo, esta vez sin contener la risa.

—¡Eres un idiota! —protestó, aunque en su tono había más diversión que enojo—. Te juro que si sigues molestando con esto, te voy a echar de mi cuarto.

Princess of Monaco - 𝐟𝟏 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora