Princess of Monaco - 𝐟𝟏 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧

𝟏𝟒 |

📅 Julio, 2024

📍 Silverstone, Reino Unido

Correr aquel fin de semana a tan solo un par de kilómetros de casa rodeado de su gente hacía que Lando realmente se sintiera acogido. Sabía que cada curva, cada adelantamiento, y cada vuelta lo acercaban un poco más a demostrarles que todo el esfuerzo había valido la pena. Ese circuito, que tantas veces había recorrido de niño en simuladores y en sus sueños, se convertía ahora en el escenario de una realidad que superaba cualquier expectativa.

Sin embargo, un amargo sentimiento lo recorría aún por la carrera de la semana pasada y las cosas que leía en redes sobre el tema. Reconocía que había estado realmente enojado con Verstappen después del Grand Prix de Austria, pero se arrepentía en gran medida de haber hablado enojado con la prensa porque ahora se encontraba pagando las consecuencias de aquel acto. Así mismo, le molestaba el hecho de que le afectara tanto tanto lo que decían de él como lo que pensaba de sí mismo por ello.

Que en la rueda de prensa del jueves le preguntaran nuevamente sobre lo sucedido con Max, y si él había aprendido algo sobre ello, o si se arrepentía de haber dicho algo a la prensa estando frustrado, le resultaba extremadamente patético.

Lando respiró profundamente, buscando una respuesta diplomática mientras sentía cómo su pecho se apretaba con la frustración aún cuando sonreía a la cámara y bromeaba sobre los detalles que buscaban de él. Había pasado toda la semana intentando dejar atrás el incidente y enfocarse en lo que realmente importaba: la carrera, su equipo, y la oportunidad de correr en su tierra, en casa, rodeado de los suyos. Sin embargo, la insistencia de la prensa le recordaba que, en este deporte, los errores y las emociones tenían consecuencias que trascendían la pista. Aquel instante de debilidad se había vuelto un tema de conversación que no dejaba de acecharlo.

—¿Hay algún consejo que quieras darle a Lando sobre cómo enfrentarse a Max? —preguntó el reportero a Lewis, quien se encontraba en la esquina del sofá, al otro extremo de él.

—No hay nada que no pueda aprender el sobre el tema... —aseguró incómodamente Hamilton, sin entender muy bien porque querían relacionarlo con un inconveniente que no le correspondía.

—¿No hablaras sobre este tema? —preguntó persuasivamente el reportero.

—No tengo nada que ver con eso.

Y Lando agradeció ello, porque realmente parecía aquellos días que todos tenían una opinión que dar sobre el tema, algo que le parecía más desagradable de lo que podía admitir.

Para el sábado, luego de que las prácticas libres del día anterior fueran realmente buenas, con una confianza renovada, Lando caminó junto a Oscar por la pit lane, dispuestos a autografiar algunas gorras de fans que estuvieran detrás de la línea divisoria de los garajes. Su tranquilidad, sin embargo, no duró mucho, cuando notó a lo lejos a Lucille caminando junto a dos personas que él no reconocía y Fernando Alonso. Animados, ambos sostenían una conversación, algo que despertó la atención del británico.

—¿Tu princesa está aquí? —preguntó divertido Oscar, mientras terminaba de sacarse una selfie con un grupo de chicas.

—Gracioso... —contestó Lando poniendo los ojos en blanco.

—Pensé que le habías dicho que no estabas interesado...

—Y así fue... —contestó el británico mientras ajustaba su gorra—. Pero nos cruzamos en un evento el miércoles y... Bueno, salimos o algo así.

—¿Salieron o algo así? —Oscar alzó una ceja, divertido—. Amigo, eso suena a "sí, me interesa".

—Si, creo que soy un idiota.