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📅 Junio, 2024

📍 Barcelona, España

—Carmen, ¿Por qué no contestabas mis llamadas? —preguntó George levantándose de su asiento en cuando divisó a su novia hacerse paso entre la multitud a unos metros.

Lando tomó un trago de su cerveza y levantó la mirada para ver cómo efectivamente la novia de su amigo y un rostro familiar que no podía recordar con exactitud se acercaban.

—George, amor... ¿Cómo quieres que escuche el ruido de mi teléfono en un club? —reclamó Carmen, provocando que Lando riera por el comentario—. Hola, Lando. Buenas noches.

—Hola, Carmen —saludó el británico del equipo papaya y volvió su mirada hacia Henry—. Hola, soy Lando.

—Lo sé, amigo de Max Fewtrell —evocó el rubio—. Nos conocimos el año pasado en Halloween, Lulu es mi amiga.

—Oh, claro. Eres Henry —recordó Lando y forzó una leve sonrisa—. Lo siento, no soy bueno con los rostros después de que pasa el tiempo.

—Está bien, hermano.

—Ah, claro. Eres el Henry del que Carmen hablaba —interpretó George antes de extenderle la mano.

Henry estrechó la mano de George con una sonrisa relajada.

—Él mismo. Me alegra finalmente conocerte en persona, George. Carmen me ha hablado bastante de ti hoy, y yo sigo tu carrera profesional como piloto también. Es en serio un gusto.

Lando observó la interacción en silencio, dándole otro sorbo a su cerveza, pero no pudo evitar que su mirada se desviara hacia la pista de baile. Entre risas y luces que parpadeaban, vio a Lucille, rodeada por Carlos y Charles, hablando con Alexandra a un lado mientras reían por la situación. La escena le hizo apretar la mandíbula sin darse cuenta.

George, que lo conocía demasiado bien, lo notó al instante y siguió con la mirada la escena.

—¿Ya estás dispuesto a hacer algo con eso? —preguntó susurrando, inclinándose hacia él.

Lando soltó una risita breve, aunque sin mucha gracia, y encogió los hombros.

—¿Qué va a pasar? Apenas le dije hola hoy.

Henry y Carmen miraron la situación entendiendo perfectamente sobre que interactuaban ambos, pero no dijeron nada aun. El rubio se cruzó de brazos, evaluando a Lando con una sonrisa que parecía contener una broma que no iba a soltar todavía. Carmen, por su parte, se apoyó en el brazo de George, observando la escena con la mirada astuta de quien había visto esa dinámica antes.

—¿Apenas le dijiste hola? —repitió Carmen, arqueando una ceja—. Eso suena mucho a... nada.

Lando bufó, rascándose la nuca.

—¿Qué querías que dijera?

George dejó escapar una risa suave, pero su mirada era comprensiva.

—Es increíble lo rápido que eres para algunas cosas y lo lento que eres para otras, mate —aseguró Russell, negando con la cabeza suavemente.

—Te recuerdo que fue ella quien rechazó ponernos en contacto, no es como que pueda hacer mucho.

—De hecho... —interrumpió Henry, pero dudó unos segundos si decir la verdad—. Yo fui quien te dijo que no, ella se enteró de eso después.

Lando apretó los labios, pensativo, pero Carmen intervino antes de que pudiera responder.

—Pero no lo hizo por malo —agregó la española—. Lulu te hubiera hablado poniendo en riesgo su identidad si él no intervenía.

Princess of Monaco - 𝐟𝟏 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora