Narra Yuu:
Las clases pasaron con inmensa lentitud, y yo solamente dormía a ratos, pequeños minutos, para recuperar el sueño perdido la noche anterior.
La hora del receso llegó, y Sora y yo fuimos al patio principal del instituto, el cual estaba lleno de bancas para seis personas cada una, siempre nos sentábamos en la central, era la más limpia.
Me senté frente a ella para así verla directamente, hablamos de temas irrelevantes por un tiempo hasta que llegó otra chica, a quien detestaba con el alma y vida, pero que aún así era amiga de Sora. Su nombre era Hakey.
Era probablemente la mujer más resbalosa y ofrecida que había conocido en los pocos años de vida que llevaba.
Medía 1,53 metros, tenía cabello Rubio y grandes ojos azules, pestañas largas y piel matte, poseía gran pechonalidad, tenía un lindo cuerpo a pesar de todo, pero era una estúpida de primera.
Abrazó por detrás a Sora, rodeando sus caderas con los brazos, colocó su mentón en el hombro de la castaña y ella hizo una mueca de disgusto.
-No me toques, Hakey.
-Zorra... -Murmuré para la rubia.
-Vamos Sora -Le sonrió-. Sé que te encanta que te abrace así. -Insertó un beso en su mejilla
Los colores se me subieron al rostro, ¡Odiaba a Hakey! Seguido de este acto, la zorra se sentó alado de MI SORA.
-Ah, hola... Tú -Me miró-. Siempre olvido tu nombre.
Hakey se puso de pie y se alzó la falda del uniforme a tal punto que apenas le cubría las bragas, volvió a tomar asiento.
-¿Qué quieres? -Pregunté.
-Pues... -Rió- Pasar tiempo con esta lindura -Jugó con las mejillas de Sora-. ¿Verdad?
Sora se sonrojó y evitó mirar a la rubia para que no se diera cuenta del estado en el que la había puesto.
-Y-ya... Hakey... -Susurró la castaña cabizbaja.
-Bien -Hakey acarició el cabello de mi amiga-. Podemos vernos después si gustas, linda. Te dejo.
Antes de que se retirara, me tiró una mirada de humillación por debajo del hombro.
-¡La odio demasiado! Sora, no me gusta que ella te toque así.
-Aw, pero que tierno eres. Sabes que ella y yo no tenemos nada.
-De todos modos... M-me molesta
Bajé la cabeza y rodeé mi nuca con las palmas de las manos.
-Yuu, no te pongas celoso.
Escuché algo chocar con la superficie de la mesa y vi una manzana frente a mi. Era grande y se veía jugosa, recordé que debía comer.
-Es para ti -Sora me regaló una sonrisa-. Debes comer, ¿Vale?
Sonreí ligeramente y asentí, tomé la manzana y le di una mordida.
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Mi mejor equivocación [Yuri]
RomanceTal vez el "Felices para siempre" no quiso darse en nuestro cuento, pero siempre serás la mejor de mis historias.