Algo de que hablar

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Narra Yuu:

Pain no era exactamente lo que yo buscaba. Jamás terminé de querer a Sora, simplemente esta chica se cruzó en mi camino y me gustó para pasar el rato.

No sabía si hablar con Sora, ella me buscaba pero siendo sincera no tenía el valor para enfrentarmele.

Era una cobarde. Que recurría a otras personas en lugar de enfrentarse a los problemas que la atormentaban, porque sí; no podía verla a los ojos sin antes derretirme en los recuerdos que alguna vez creamos.

¿Tenía alternativa? Por supuesto.

Pero, a cambio, preferí herir a dos chicas de noble corazón.

Me encontraba en la entrada de la escuela, llevaba el uniforme de una chica, cosa que hacía más frecuentemente. Mientras esperaba a Pain, me recargué en la pared cercana a una de las entradas, mirando hacia el frente y con los brazos cruzados.

Observé a Sora llegando, de nuevo había teñido su cabello, celeste pastel, clarísimo, casi blanco. Por un segundo reparé en sus ojos, dandome cuenta de que estaban llenos de suma tristeza. Evadí su mirada ferozmente.

Pero, sabía que se acercaría a mi, y esta vez no me alejaría.

Su voz interrumpió mi tranquilidad, y provocó -como solía hacer-, que mi pulso se acelerara.

-Yuu... H-hola... Y-yo sólo... -la miré fríamente-. Quería hablar... Contigo... -bajó la mirada y observé sus mejillas sonrojadas. Colocó uno de sus mechones detrás de la oreja y, luego de eso, vi como pequeñas gotas se desprendían de sus ojos-. P-porque... No quería lasti-lastimarte... Y... -su voz se quebró aún más. Tomé su mano, y sin pensarlo, la jalé, entramos corriendo al instituto.

La llevé al baño y después de que ella entrara me recargué en la puerta. No había nadie.

Pude mirarla.

La parte de alrededor de sus ojos junto con su nariz y mejillas se encontraba completamente rosada.

Tenía la mirada baja aún; y podía escuchar sus sollozos. Por un momento se cubrió los ojos con las mangas del suéter. Y se acercó a mi.

-Perdóname, Yuu... Yo sólo...

La tomé del antebrazo, y frenándola de cualquier movimiento la puse contra la puerta. Miré sus ojos, aún llorosos. Acerqué aún más nuestros cuerpos y mis labios terminaron en su mejilla.

Me envolvió rápidamente entre sus brazos; sentí sus lágrimas caer justo en mi hombro, y a su corazón palpitando acelerado. Nunca me había sentido así. Con tantas ganas de irme con ella y dejar todo atrás...

Sentí su mano recorriendo mi rostro, y ahora fue ella quien me dejó contra la pared.

Toqueteó la puerta sin dejar de verme a los ojos, hasta que encontró la cerradura y echó llave a la puerta. Nadie entraría.

Rodeó mi cintura con su brazo izquierdo, mientras el derecho seguía en mi mejilla. Acercó más nuestros cuerpos, y nuestros labios se unieron.

Sin embaro, decidí apartarla suavemente de mi.

-Sora, yo... Primero debería terminar con Pain...

-L-lo entiendo... Disculpa... Solo que... Te extrañé demasiado, Yuu.

-Y yo a ti -le sonreí y acaricié su rostro-. Veamonos después de la escuela.

-¡En mi casa! -exclamó ella.

-Bien... -Sora quitó el seguro y estaba a punto de abrir-. Ejem... Sora...

-¿Si?

-Me gusta tu cabello...

Sonrió dulcemente, besó una de mis mejillas y salió.

Mi mejor equivocación [Yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora