La bombilla se encendió como un relámpago, iluminando la habitación y arrancándome de mi letargo. Mis ojos, acostumbrados a la oscuridad, protestaron con un dolor agudo, como si hubieran sido expuestos a un sol radiante. La cabeza me latía con un ritmo doloroso, un eco de la angustia y el miedo que había padecido en la oscuridad.
Mi vista se fijó en la figura alta y firme que se recortaba en la luz solar que entraba por la puerta. Su presencia era imponente, y su acercamiento lento y deliberado me hizo sentir una creciente ansiedad. Cuando se puso de cuclillas frente a mí, su mano se cerró sobre mi pelo, y me jaló hacia arriba, obligándome a enfrentar su mirada intensa y penetrante.
Mars me sonrió con una sonrisa sadica y lasciva mientras me levantaba con brutalidad, arrancándome de la habitación. Me arrastró hasta un almacén vacío y cavernoso, donde pequeños rayos de luz entraban por las tejas rotas del techo.
Con un movimiento rápido y preciso, sacó una navaja y cortó las ligaduras que sujetaban mis manos, solo para someterme a su control. Luego, con un gesto cruel y despiadado, me arrancó la cinta que tapaba mi boca, y un gemido de dolor escapó de mis labios.
El sonido resonó en el silencio del almacén, como un eco de mi sumisión.
- ¿Dónde está Choi? - Mi voz se escuchó como un murmullo apenas audible, después de pasar toda la noche con la cinta adhesiva. Mis labios adoloridos y secos se movieron con dificultad, como si estuvieran olvidados de articular sonidos.
Las palabras salieron de mi boca con esfuerzo, como si tuvieran que vencer la resistencia de mi propio silencio. Mi tono reflejaba el agotamiento que me consumían.
- Ahora sí quieres saber de Choi. - dijo
con una sonrisa burlona y sarcástica, disfrutando de mi desesperación. - Pero primero, déjame arreglarte un poco. No quiero que Choi te vea como un despojo, no es digno de mí.Su voz era como un látigo, cortante y humillante. Me lanzó la ropa con desdén, como si estuviera tirando un hueso a un perro. Su mirada se paseó por mi cuerpo, como si estuviera evaluando un objeto de su propiedad.
- No te atrevas a correr. - , repitió, Con una sonrisa sádica que me anunciaba un destino funesto. - Mis hombres te estarán esperando. No quiero que te desvaneces antes de tiempo.
Con eso, se marchó, dejándome con dos hombres que me miraban con una mezcla de sadismo y anticipación. Sus ojos se paseaban por mi cuerpo, como si estuvieran evaluando una víctima.
Me apresuré a cambiar mi ropa por la que Mars me había dejado, un atuendo completamente negro que parecía ser la única opción en el arsenal de su estilo. La camisa de manga corta negra se ajustaba a mi cuerpo, mientras que la sudadera holgada y los pantalones negros parecían haber sido diseñados para absorber cualquier rastro de personalidad.
Sus hombres me escoltaron hasta la salida, donde Mars me esperaba sentado en el asiento del conductor de un porsche negro y reluciente. Mi mirada se detuvo en el vehículo, y por un momento, olvidé mi situación.
La luz del sol hacía resplandecer el negro profundo de la pintura, y los contornos afilados parecían una navaja cortando el aire.
Un golpe brusco en mi espalda me sacó de mi ensimismamiento y me impulsó hacia adelante, mientras los hombres me escoltaban hasta la puerta. La abrí de un empujón y me precipité dentro, como si fuera absorbido por una fuerza invisible.
Mi mirada se desplazó rápidamente por el interior, absorbiendo cada detalle sin prestar atención a la mirada penetrante de Mars que me seguía. Su presencia parecía una sombra pesada sobre mí, pero mi atención estaba enfocada en el entorno desconocido.
ESTÁS LEYENDO
Sometidos.ㅤ| woosan
Randomㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ Aquel encuentro fortuito en ese bar clandestino hace seis años fue el inicio de una obsesión enfermiza. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ • Contenido +18.ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ...