La graduación de Jimin llegó como un destello de luz al final de un largo túnel, un momento que había anhelado y trabajado arduamente por alcanzar. Con el corazón palpitante y un traje elegante que le quedaba perfectamente, Jimin se dirigió al auditorio. Sus amigos lo rodeaban, todos emocionados y listos para celebrar.
Jimin se reunió con sus amigos para celebrar, y al mirarlos, no pudo evitar recordar algunos momentos claves que habían compartido a lo largo de los años. Mientras se abrazaban y reían, fue inevitable que las memorias volvieran con fuerza.
—¡Lo logramos! —gritó Chanyeol, que estaba en un rincón con Baekhyun, ambos riendo mientras hacían bromas sobre los nervios del evento.
—Sí, ¡hoy brillas! —añadió Baekhyun, sonriendo ampliamente.
Jimin sonrió, sintiendo una mezcla de emoción y nervios. Mientras esperaba su turno para recibir el diploma, recordó los momentos compartidos con sus amigos. Había pasado mucho desde que comenzaron su viaje juntos.
Hace un año, en el verano, el grupo había organizado un viaje a la playa. Fue allí donde Chanyeol y Baekhyun comenzaron a acercarse de una forma que ninguno de ellos había anticipado. Una noche, se quedaron despiertos hasta tarde, sentados en la arena mientras el resto dormía. La luna iluminaba suavemente el océano, creando una atmósfera casi mágica.
—¿Sabes? —dijo Chanyeol, rascándose la nuca, visiblemente nervioso—. Siempre me has parecido increíble, Baek.
Baekhyun lo miró sorprendido, sus ojos brillando bajo la luz de la luna.
—¿De verdad? —respondió con una sonrisa tímida—. Yo siempre pensé que eras demasiado guapo para fijarte en alguien como yo.
Chanyeol sonrió y tomó su mano.
—No digas eso. Eres perfecto, ¿sabes? —susurró, acercándose lentamente hasta que sus labios se encontraron en un beso suave, sellando lo que sería el comienzo de su relación.
Jimin sonrió al recordar esa escena. La felicidad de Chanyeol y Baekhyun era evidente, y se sentía afortunado de haber sido testigo de su historia de amor desde el principio.
Mientras Nayeon y Jeongyeon hablaban animadamente entre ellas, Jimin recordó otra escena, durante una tarde lluviosa de otoño. La clase había sido cancelada, y ellos decidieron ir a una cafetería cercana. Nayeon y Jeongyeon se sentaron en una esquina, charlando con una cercanía que fue imposible no notar. Después de un rato, se hizo evidente que había algo más que amistad entre ellas.
En un momento, Jeongyeon le confesó a Nayeon:
—No quiero que esto suene extraño, pero... he estado sintiendo algo más por ti. No sé cuándo empezó, pero creo que me gustas.
Nayeon la miró, sorprendida y conmovida, y tomó su mano entre las suyas.
—Yo siento lo mismo —respondió Nayeon, sonrojada—. Pensé que era la única que lo notaba.
Desde ese día, su relación floreció con una naturalidad que dejaba claro que estaban destinadas a estar juntas. Jimin recordaba cómo sus risas llenaban cualquier espacio y cómo siempre lograban alegrar el día de todos.
El recuerdo de Taemin y Kai lo llevó a una noche de baile en una fiesta escolar. Los dos estaban en el centro de la pista, moviéndose al ritmo de la música, sincronizados como si llevaran años bailando juntos. Nadie podía apartar la mirada, y al final de la canción, Kai había tomado las manos de Taemin y, sin previo aviso, lo besó frente a todos.
—¿Qué haces? —susurró Taemin, sorprendido pero sin apartarse.
—Solo estoy haciendo algo que debí haber hecho hace tiempo —contestó Kai, con una sonrisa desafiante.
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¡POR MI TRAGAS!
FanfictionJimin, un omega de 15 años, llega a trabajar como sirviente personal del vizconde Yoongi, un alfa de 17 años, en la mansión Min. Yoongi lo trata mal, dándole órdenes imposibles y saturándolo de trabajo. Al borde del colapso, Jimin es acusado falsame...