CAP 18

10 1 0
                                    

Dos semanas después...
-Siento lo de Nana. –dijo Amy, se podría decir que era mi mejor amiga.
Caminábamos por el pasillo de la escuela, llamando la atención de todos los presentes como siempre.
-Ya paso. –dije algo molesta al recordar que no estuvo conmigo cuando más la necesitaba.
Veía todos los chicos mirando nuestras piernas y nuestros cortos shorts, pero no éramos las únicas que llamábamos la atención aquí. Prontamente seria la fiesta de comienzo de año y las porristas como siempre haciendo aviso de la gran fiesta.
-¿Este año iras a destronar a la capitana de las porristas? –dijo Amy mirando a Brenda, la capitana y la única enemiga que tenía en esta ciudad.
-No, no quiero sus lágrimas de derrotas. –dije pasando por el lado de Brenda y dando un pequeño empujón.
-¿Puedes mirar por donde caminas estúpida? –dijo ella gritándome.
Di vuelta y reí con una sonrisa sínica. –Lo siento querida.
Ella me mostro el dedo del medio. Yo no lo iba a soportar.
Solo en un segundo después yo estaba encima de ella en el piso. Todos los presentes nos rodearon. Un golpe en el ojo, otro en la parte inferior del labio.
-¡Vamos _______! –escuche algunos gritos, mientras seguía moliéndola a golpes y tiradas de cabello.
Sentí unas delicadas manos en mi cintura elevándome del piso.
-¡Deja matar a esta perra! –grite con todas mis fuerzas, tratando de zafarme de su agarre.
-Cálmate. –hablo delicadamente a mi oído. Quede inmóvil.
Reconocí su voz. Louis Tomlinson.
-Vamos. –me empezó a obligar a caminar, mientras todos los demás veían inconsciente a Brenda en el piso.
Me entró a una sala vacía.
-¿Dónde tienes la cabeza _________? –dijo con la mano en la cintura, como una mujer molesta.
-Pareces mujer. –dije aguantando la risa.
-Por Dios... te preocupa que parezca mujer y no respondes. –dijo acercándose.
Reconocí la sala, aunque no era sala. Eran los camarines de mujeres. Me apegue a uno de los casilleros, mientras él se acercaba a mí.
-Peleas bien. –susurro mi oído.
Se veía tan hermoso con jeans oscuros, era la primera vez que no lo veía con su uniforme.
-Me gusta que susurres en mi oído. –dije tomando el borde de su camisa.
-A mí me gusta la expresión que pones cuando lo hago. –dijo susurrando cerca de mis labios.
-Bésame. –dije encima de sus labios.
Él agarro mi labio inferior, y comenzó a besarme lentamente. Mientras yo ponía una de mis manos en su cuello y la otra en su espalda. Sus manos recorrían parte de mi espalda.
Un tosido fingido hizo separarnos rápidamente...

Mi querido Guardaespaldas (Louis y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora