Narrador: Elena y Diego continuaban su viaje, enfrentando cada desafío con valentía y determinación. Sin embargo, el destino tenía preparado un nuevo y doloroso obstáculo para ellos. Una noche, mientras descansaban en un claro del bosque, Elena comenzó a sentirse mal.
—Diego, no me siento bien —dijo Elena, llevándose una mano al pecho.
—¿Qué te pasa? —preguntó Diego, preocupado.
Narrador: Antes de que Elena pudiera responder, cayó al suelo, retorciéndose de dolor. Diego corrió hacia ella, sosteniéndola en sus brazos mientras su corazón latía descontroladamente.
—¡Elena, aguanta! —gritó Diego, desesperado—. ¡No te vayas!
Narrador: En ese momento, Sombra apareció junto a ellos, rugiendo con fuerza. El león espiritual parecía saber que algo importante estaba a punto de suceder. Diego, sin saber qué más hacer, buscó en su mochila y encontró un antiguo libro que había recogido en el templo.
—Por favor, que haya algo aquí que pueda ayudarla —murmuró Diego, abriendo el libro.
Narrador: De repente, una luz brillante emanó del libro, y una figura divina apareció ante ellos. Era un dios antiguo, con una presencia imponente y una mirada penetrante. El dios se acercó a Elena y, con un gesto suave, entró en su cuerpo.
—Ya que ustedes son los elegidos para salvar al mundo, quiero que ambos me prometan que se amarán y se respetarán —dijo el dios, hablando a través de Elena—. Si tú, Diego, quieres tener la oportunidad de volver a ver a Lucía, harás las cosas bien. Amarás a Elena tanto como amaste a Lucía, así que dejarás descansar a Lucía en paz.
Narrador: Diego, con lágrimas en los ojos, escuchó las palabras del dios. Su corazón estaba dividido entre el amor que sentía por Lucía y la conexión que había desarrollado con Elena.
—No lo haré —dijo Diego, con voz firme—. Amo a Lucía, y si tengo que morir para estar con ella, lo haré.
Narrador: El dios miró a Diego con una mezcla de compasión y severidad.
—Para tu deseo, tú no puedes morir —dijo el dios—. Pero sé que algún día me lo vas a agradecer tanto.
Narrador: Con esas palabras, el dios salió del cuerpo de Elena, dejando una sensación de paz y calma. Elena abrió los ojos lentamente, sintiendo una nueva energía dentro de ella.
—Diego, ¿qué ha pasado? —preguntó Elena, todavía débil.
—Un dios antiguo nos ha visitado —respondió Diego, ayudándola a sentarse—. Nos ha pedido que nos amemos y respetemos, y que dejemos descansar a Lucía en paz.
Narrador: Elena asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Sabía que su misión era crucial y que debía estar al lado de Diego, no solo como aliada, sino también como alguien que lo amaba profundamente.
—Diego, prometo que estaré a tu lado, pase lo que pase —dijo Elena, tomando su mano.
—Y yo prometo que haré todo lo posible por honrar la memoria de Lucía y protegerte —respondió Diego, con determinación.
Narrador: Con el espíritu de Lucía guiándolos y el poder del amuleto a su disposición, Diego y Elena estaban listos para enfrentar cualquier desafío. Sabían que su amor y su conexión eran la clave para salvar al mundo y que, juntos, podían superar cualquier obstáculo.
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"El Renacer del Amor Eterno" Libro 2: saga: "Las luces del destino"
CasualeDespués del sacrificio de Lucía, Diego se encuentra en una encrucijada. Con el amuleto místico en su poder y el recuerdo de Lucía guiándolo, debe enfrentarse a nuevas amenazas que buscan desatar el caos en la tierra. Mientras tanto, el espíritu de L...