¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
mientras hacia bolitas con la masa que había preparado de las chips, y mi hijo felino me miraba desde la barra de mi cocina lamiéndose las patitas y pasándolas por su cabeza, el timbre resonó por el lugar provocando que ambos demos un pequeño salto
— ahi viene tu papá, el insoportable —le hablé dejando todo como estaba para atenderlo
el gato maulló antes de bajarse e ir detrás de mi para recibir a Lautaro. Apenas había subido la historia de que estaba haciendo chips su respuesta llegó avisándome que venía en camino para comerlas juntas
al abrir la puerta lo encontré con una pequeña sonrisa y una expresión que demostraba cansancio. Se acercó y planto un corto beso en mis labios a modo de saludo
— hola —murmuró cerrando la puerta detrás de él
— hola lindo. Y esa cara? Muy mal los trato Scaloni? —posé mi mano delicadamente en su nuca
— nos mato. Ni bien nos dejó salir vine para acá, estoy muerto —escondió su rostro en mi cuello dejando salir un largo suspiro
— querés dormir una siestita mientras termino de cocinar? —sugerí. Lo entendía completamente si eso quería, después de todo dedicarse al deporte era agotador físico y mentalmente
— no, te quiero ayudar a vos. Después dormimos juntos —se separó para quedar enfrentados nuevamente
— ah bue, invítate solo si queres —lo jodí con una sonrisa
— tenemos un hijo en común, es lo mínimo que podes hacer por mi. —soltó con falsa inocencia— Dónde esta Toro junior? —preguntó girando la cabeza
si, él había elegido el nombre y me había prohibido rotundamente cambiarlo
— recién estaba acá, se debe haber escondido abajo de los almohadones del sillón. Le encanta estar ahí —tomando su mano lo guié hacia mi cocina
no era la más grande pero podían entrar dos personas cómodamente. Sobraba cierto espacio incluso
— no lo puedo comer así nomás? —preguntó admirando la masa
— ni se te ocurra. —advertí— Hace bolitas y las pones en la fuente, pero antes lavate las manos —interrumpí su accionar
bufó pesadamente y le dí la espalda para comenzar a hacer las bolas de masa, no tardó ni dos segundos en dejar un fuerte golpe en mi culo haciéndome dar un salto del susto
— Lautaro! —lo reté— Podes dejar las manos quietitas? —pedí
negó mientras se secaba con el repasador. Lo acomodó en su lugar y se acercó para imitar mi accionar con cierta torpeza
— Alexa reproduce 'El mismo aire' de La K'onga —murmuré
en cuestión de segundos la música inundo la cocina a un volumen relativamente bajo, al menos lo suficiente como para poder hablar por encima con tranquilidad. Moví mis pies al ritmo del cuarteto viendo de reojo como una sonrisa se dibujaba en el rostro de Lauti
mientras esperaba que terminara de hacer la última fui a encender el horno para que se precalentara
— si quieres prende con mis cartas... —tarareé
al girarme sobre mis pies para volver a enfrentarlo, lo vi extendiéndome su mano para bailar. Un cuarteto no se le niega a nadie, nunca
apenas uní nuestras manos comenzamos a bailar torpemente entre risas. Ninguno era el mejor pero sabíamos bailar al ritmo de la música
— pasamos de decir "te amo" a no poder decirnos "hola, cómo estas?" —me giró atrapándome entre sus brazos y luego dejandome ir
dejé salir una suave risa ante la situación. Me parecía extremadamente tierno que, aún cansado y con ganas de dormir, se haya hecho tiempo para venir y busque ponerle ánimos bailando conmigo
unos pasos más de baile bastaron para que atrape mi cintura entre sus grandes brazos y quedemos a centímetros de distancia
— estas hermosa, sabías? —sonrió
— si, me lo dijeron —lo jodí— Un par de amiguitos
chasqueo la lengua y me robó un fugaz beso
— no te bancas que yo te joda como vos a mi. —contraatacó— Así que cerrá el ortito
lo abracé por los hombros y uní nuestras bocas en un lento y tierno beso. No había apuros, nadie nos veía. Eramos él y yo, todo el mundo que nos rodeaba había desaparecido por completo
al separarnos, en un ataque de amor, dejó un camino de besos desde mi mejilla hasta mi cuello. Me escapé de sus brazos entre risas y metí la fuente con la comida al horno
— esperame en el sillón, lavo esto y ya estoy con vos —avisé
asintió y se desapareció en el living de mi departamento. Aún disfrutando de la música aleatoria de fondo y tarareandola me dispuse a lavar los elementos que utilice para la preparación de la masa, incluso aproveché para secarlos y guardarlos
lo más raro es que Lauti no jodía, ni siquiera se escuchaba. Algo intrigada me asomé desde el umbral, encontrándome con la imagen de Lautaro acostado en mi sillón dormido y con nuestro gatito hecho un bollito sobre su pecho con los ojos cerrados
estaba que me los comía a besos a los dos, no podían ser tan lindos
varios minutos después, se despertó, según él, debido al rico olor de mis cookies. Todo un chamuyero de primera
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
voten y comenten para que siga
hay mucha pazzz, estoy para meterle un poquito de púa 👀. ¿Qué opinan?