Capítulo 3: Instant Crush

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Anteponiéndose a la razón los pies de Sonia la habían llevado a vagar por las calles de la ciudad portuaria de la región, a su alrededor, las sombras de las personas y pokémon se tornaban en gigantes jueces que la miraban de la misma manera en la que lo hizo el presidente Rose.

El festival se aproximaba y ella intentaba alejarse del hotel pues cuando llegó a dicha ubicación pudo notar en la fachada la inconfundible limosina del campeón de Galar, rodeado de ovaciones y de niños extendiendo playeras para que fueran firmadas por el llamado "Entrenador más fuerte".

―El odiaría oír eso, aunque claro, hubiera fingido una sonrisa― se susurró para sí misma.

"como siempre".

Desde el día en que conoció a Leon y a Hop, se había quedado sorprendida por ellos, no por el hecho de que 2 chicos se mudaran a un pequeño pueblo como en el que ella vivía, tampoco se trataba de la preocupación con que su abuela le daba palmadas en la espalda a la panadera del pueblo, abuela de los chicos, sino por sus ojos, unos ojos dorados que miraban a la nada misma e ignoraban los llantos de su hermano menor. Aquellos ojos estaban tan vacíos que parecían absorber toda luz a su paso.

Aunque en la mente de una niña eso no tuvo importancia hasta mucho tiempo después...

Mientras recordaba aquello optó por una "retirada estratégica" y se fue caminando (corriendo) hacia la ciudad (cualquier sitio).

No obstante, uno de los "reporteros", el dueño de un canal de noticias independientes en internet se percató de tan singular acción, por lo que, mientras acomodaba su abrigo y guardaba su micrófono de bolsillo, emprendió una carrera detrás de Sonia.

Sonia se limitaba a mirar sin interés los amplios escaparates con las nuevas colecciones de las boutiques de Kalos, aquella ciudad, la ciudad portuaria Anemona se había convertido en la más importante de toda la pequeña región de Ishu, aunque aun había gente que la llamaba comarca por su tamaño, pero dado su nueva importancia logística e industrial eso cambiaría dentro de poco.

La chica de cabellos naranja vio todo aquello tan brillante y hermoso, y no pudo evitar pensar en "ella".

"Incluso yo no puedo evitarlo" pensó "Al menos puedo decir que tengo buen gusto".

Sacó su SmartRotom e ingresó al perfil de una aspirante a reina regional en Kanto, dentro de su humilde perfil su mirada se postró sobre una publicación acerca de una de las bandas en ascenso que se presentarían en uno de los parques de Anemona esa noche. Iría a pie sin importarle que tardase unos 40 minutos o que llegase a la mitad del show gratuito que darían los Black Wells, solo deseaba alejarse de él lo más posible.

Antes de llegar a dicho lugar, mientras atravesaba un camino de tierra dentro del extenso parque en el que los árboles se convertían en una capa de color verde opaco hasta donde la vista y luz artificial permitían ver. Dentro de su bolsillo una pokéball temblaba, Sonia tomó de su bolso Guess y sacó a su nuevo compañero, una temblorosa popplio cuyas heridas aún se recuperaban debajo de algunas vendas.

Se había sentado un momento en la orilla de una fuente, el sonido de la música ya era audible, a su alrededor aun había gente paseando de la mano y por un instante Sonia sintió una pequeña punzada, no en su corazón sino en su ego.

Aoi, como había sido llamada aquella pequeña popplio, fue rescatada en Galar dentro de un contenedor de pokémon exóticos, Leon y otros líderes de gimnasio habían estado batallando con aquellas acciones de las mafias locales, Aoi y los otros apenas y salieron vivos de ese contendor. No obstante, los horrores que había visto hacían que el sueño le fuera difícil de conseguir sin tener ataques de pánico.

Pokémon S&BS: Alas del AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora