Pokémon S&BS: Alas del Amanecer

Capítulo 6: Call me

(El Solar)

Roy estaba completamente en contra con lo que su abuela iba a hacer con la miltank.

―En definitiva, no.

―Estará bien, como siempre―una mujer de la 3era edad le comunicaba, su espalda ya estaba vencida y se movía con la ayuda de un bastón viejo―déjala ir al bosque.

―Claro que no, si pa y ma se enteran, me van a matar.

―Se recuperará, es la forma en la que se hacen las cosas, en las que siempre se han hecho.

―Abuela, ya te lo he dicho, el sabio...

―Lo sé, cariño―acarició y pellizco la mejilla de su nieto―mejor que nadie. Pero no tenemos dinero y la infección que tiene puede que acabe con ella antes de poder llevarla a la ciudad.

Mila Minch le dio un golpe en el trasero de "Pinky III" para que de la misma forma en que los padres de esa Miltank y los padres de los padres de esta fueran a recuperarse al mismo lugar que solo los ancianos parecían recordar. Solo llevando atado en su cuello una baya y una de las muchas plantas que la anciana cultivaba.

―Espero que no se convierta en la cena de los pokémon de la montaña nublada.

―Lo dudo mucho.

(La cabaña)

―Bollito, estas más sucio que el trasero de un político―dijo Boris.

―Tenía que llevar algunas cosas para reforzar las madrigueras del jefe Son y la emperatriz. Se acerca una tormenta dentro de poco tiempo.

Los dos muchachos estaban sentados afuera de la cabaña del abuelo de Jun, era sorprendente la cantidad de tiempo que había pasado en ese lugar hasta hacia 2 años atrás, y ahora, solo disfrutaba mirarla desde afuera la mayoría del tiempo.

―Molly y su abuela siempre aciertan―Jun acomodó su abundante cabellera y se descubrió los ojos para atender el lanzamiento de una bebida de color rojo por parte de Boris.

―Debería probar con la lotería...

―Dice que su adivinación no funciona así.

―Entonces deberíamos de ganar el millón de poké dólares de James Randi ―Boris sugirió.

Ambos agitaron sus bebidas de diferentes colores y las mezclaron rápidamente pasando el liquido de un recipiente al otro, a su alrededor se encontraban varias bolsas de frituras extremadamente picantes que habían devorado apenas se reunieron.

La cara de Boris se encontraba un poco hinchada y el moretón de las costillas debajo del primer pliegue de grasa de Jun lo torturaba cuándo se movía demasiado.

―Salud por eso―celebró Bollito.

―Te quedarás hoy, ¿verdad?

―Sí, debo ir a ver al gran rojo y asegurarme de que el resto de las madrigueras y nidos están a salvo antes de que llegué la tormenta.

―Bien, Bollito. Entonces creo que te acompañaré a menos que interrumpa tus sesiones para estrujar al ekans.

―Mira quien lo dice, espero que vengas, me dijeron que tienes un interés en la nueva chica de la tienda en el centro.

Boris infló el pecho, carente de músculos, e hizo su mejor intento para imitar a la voz de la persona que los había dejado en ese estado.

―Claro, amistad. Es probable que lleve a otra chica, no me quiero aburrir.

―Ojalá fuese una mentira―Jun dijo con una mueca exagerada en su rostro―el maldito lo hace.

Boris se llevó las manos a la cabeza y alborotó su abundante cabellera oscura para que incrementara el volumen.