El vagón del tren avanzaba, lo único que rompía el silencio abrumador era el sonido de las ruedas del vagón sobre las vías.
Neopolitan se quedó paralizada, miró de reojo a la mujer que estaba hacia su derecha. La mujer desenvaino su espada, sacando a relucir la afilada hoja de color carmesí.
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Giro sus ojos hacia el lado contrario, viendo al monstruo de cabello verde que con sus manos desnudas habia destrozado el metal blindado del vagón del tren.
La mirada seria del chico hizo que Neo se pusiera tensa, con cuidado retrocedio dos pasos del cuerpo de Yang.
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- Lo pediré amablemente... -
El primero en romper el silencio fue el peliverde que tenía una mirada seria mientras su cuerpo emanaba una fina capa de aura verde opaco.
- No te acerques a mi amiga. -
Las palabras de Izuku no eran dirigidas a Neo, sino hacia la mujer con máscara de grimm que estaba al otro lado del vagón.
La mujer no dijo ninguna palabra y simplemente apuntó su espada contra el adolescente que hacía que sus sentidos se dispararán en alerta, molestándola.
Neo notó que la atención de los dos monstruos no era hacia ella, así que sin dudarlo hizo uso de su semblanza para desaparecer de la escena.
Cuando la espada y el puño estaban por ir uno contra el otro, ambos se detuvieron al ver como la rubia se paraba lentamente del suelo.
La mujer enmascarada se dio la vuelta y blandió su espada contra él aire, creando un portal roja.
- Mamá... -Yang susurró con confusión y tambaleándose mientras observaba con su vista borrosa como la mujer entraba al portal para desaparecer.-
- Yang, estás bien? -Izuku preguntó mientras ayudaba a Yang a pararse.-
- Dios... -Yang suspiro con cansancio y aceptando la ayuda de Izuku.- Me dieron una paliza, no? -Yang preguntó con diversión y adolorida.-
- A la próxima ganarás rubia, por ahora tenemos que reunirnos con las demás. -Izuku dijo mientras escuchaba un estruendo encima de los vagones.- ¿Puedes caminar sola o quieres que te lleve en mi espalda? -Izuku preguntó burlón.-