Luna y estrellas

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Era entrada la noche cuando la inmensa fortaleza que se cernía sobre la montaña comenzó a descender y el sonido característico de la ruleta resonó en todo el mundo.

¡UNIÓN REAL!
Se pide a los jugadores que se dirijan al centro de la montaña, en 10 minutos la fortaleza de Reviil será accesible para el evento. Quienes no estén presentes irán a Gulag inmediatamente.

Aquino empezó a moverse el labio nervioso, todos su amigos se habían retirado a sus bases para prepararse así que estaba solo en el escondite con las nutrias restantes. Había estado buscando por su "hijo" la nutria 23 pero nadie había podido encontrarla todavía, estaba preocupado de que algo le hubiera sucedido.

Pelee y la nutria detective se habían ofrecido a localizarlo y dar noticias, pero sin ni un rastro que seguir estaban sin nada. Caminando encontró los nidos de las nutrias, con curiosidad entro a la que decía ser la de nutria 23.
Era un espacio pequeño, con pocas cosas después de todo su hijo vivía con él en su casa, quizás está era una formalidad al unirse a la vida de nutria.

Estaba por irse cuando noto un reflejo bajo la tabla de madera, el espacio minimalista tenía poca iluminación por lo que no fue difícil de destacar. Con sus dedos logro arrancar la tabla para encontrar un cofre morado.

Al abrirlo encontró repuestos de su capa, gafas, fotografías y una que otras pociones. Iba a cerrarlo cuando su anillo empezó a brillar, sin perder tiempo retiró todo lo que se encontraba en la superficie, frente a él un libro rojo con particulas lo dejo atónito, su portada era la misma máscara de Reviil. El impulso de leerlo era demasiado, pero necesitaba una llave y no tenía tiempo para intentar romper el candado.

Sin pensarlo guardo todas las cosas, y salió de la habitación, como pudo guardo el diario dentro de su inventario, cuando tuviera tiempo intentaría leer su contenido. Termino de arreglar la habitación cuando escucho el paso metálico de pelee.

-Aquino es hora de irnos, Nia y Farfa están esperando afuera -Dijo el robot sin idea de lo que tenía nervioso a Aquino -

-E-esta bien -responde nervioso, mientras le seguía fuera del nido-

En el centro rodeando la fogata se encontraban todos sus amigos, Aquino estaba escondido detrás de algunos árboles para no sentirse abochornado por la atención. Cuando terminaron los diez minutos en el horizonte del bosque apareció un puente de piedra que llevaba a la inmensa puerta de aquella fortaleza. Todos con armas en mano entraron sin quedarse atrás, solo para quedarse sorprendidos ante un bloqueo de armas. Al parecer estaba conjurada como zona segura e impedía el uso de armas y armaduras.

Frente a Aquino se encontraba el puente que llevaba a lo que parecía la iglesia de la fortaleza. La entrada decorada con telas transparentes de color blanco y detalles en dorados se juntaban a montones para taparle de la vista de los invitados. Las nutrias están distribuidas por todo el sitio, con canastas llenas de flores y algún que otro fuego artificial.

Empezó a ponerse nervioso, pelee estaba a su lado tratando de reconfortarle pero era en vano.
No puedo evitar mirar a través del telar. Solo para encontrarse chocando miradas con el ahora nuevo rey, durante un tiempo ambos sostuvieron una pequeña lucha que dejo un vencedor, los ojos rubí vencieron los ojos miel de Aquino, quien nervioso aparto la mirada y se volvió a esconder detrás del telar.
Si bien, Aquino era un guerrero audaz y capaz de muchas hazañas, está situación le ponía las piernas de gelatina. No podía ser posible que aquel tirano contra el que lucho hace menos de 24 horas iba a ser su futuro esposo.

Un temblor recorrió su cuerpo, Eón había contando los desastres que había causado Reviil en el pasado, Aquino dudaba ganar tiempo y encontrar una forma de vencer a tal imponente ente. ¿Había siquiera oportunidad?

"𝕰𝖑 𝖈𝖔𝖓𝖘𝖔𝖗𝖙𝖊 𝖉𝖊 𝕽𝖊𝖛𝖎𝖑" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora