Capítulo 4.

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Desperté con el sonido de mi alarma, tomé una caliente y relajante ducha y me vestí, no quería confesarlo pero me arreglé más de lo normal; realmente estaba emocionada por volver a la universidad; no tanto por volver a verle la cara a los fastidiosos maestros o por ver a aquella rubia hueca y engreída que tanto detestaba; no, era por el simple hecho de que esto era el inicio de algo nuevo, el inicio de algo que no dejaría que nada ni nadie se interpusiera, cada vez estoy más cerca de graduarme y ser una exitosa psicóloga.

Amo la psicología, es algo que me apasiona desde que iba en primaria, me fascina saber cómo es que la mente humana trabaja y sus estímulos con las demás personas; aparte de que siento que siendo psicóloga puedo ayudar a todos y cada uno de los pacientes que tenga y eso hace mi ser feliz. Ayudar a los que ayuda necesitan, ese era mi lema.

Me miré en el espejo por quinta y última vez en esta mañana. Estudié mi reflejo. Era atractiva, tenía unos grandes ojos azules y mi cabello rizado y negro caía sobre mi espalda, tenía unas buenas curvas y las facciones de mi cara eran finas. Siempre tuve uno que otro "admirador" pero nunca nada serio, el último novio que tuve fue hace meses y la verdad no me sentía con necesidad de tener uno. Me gusta pensar que soy lo suficientemente independiente como para estar mendigando amor a un hombre.

Una vez lista baje las escaleras y me despedí de mis padres. Tomé las llaves del coche y salí, ya había olvidado lo que era manejar y meterse en el bullicio del tráfico pero no quise ser pesimista y mejor opté por subir el volumen del radio y cantar a todo pulmón la canción que estaba sonando.

Sam y Ashley ya me habían atacado con mensajes, preguntándome cuando iba a llegar y qué clases me tocaban tomar; lo cual me recordó que tenía que llegar 10 minutos antes del inicio de clases para ir con el rector de la universidad y me diera mis horarios y las materias que iba a estar cursando.

Al llegar, estacioné el coche y salí corriendo hacia la oficina del rector; me dio una amable bienvenida y me entregó todo lo que necesitaba para regresar a clases.
Me tocaba a primera hora ética y ya iba tarde, me apresure a entrar al salón y cuando lo hice pude ver a Ashley ondeando su mano en forma de saludo e indicándome que me sentara junto a ella, cuando vi quien estaba en mi lugar.

-Nos volvemos a ver, Alison?- dijo sonriente el chico de la plaza de ayer; los rizos le caían a los lados y sus ojos brillaban.

"Mierda, ahora tengo que aguantar a este."

-Para tu información estas sentado en mi lugar y mi nombre es Alice- dije, claramente molesta.

Ashley se nos quedo viendo, sospesando la situación.

-Bien... Alice, te iba a presentar a Harry, pero, al parecer ya se conocen, es también de quien te hablábamos antier todos, él y otro chico pero...- dijo claramente confundida- de dónde se conocen?!- preguntó ahora con una sonrisa pícara

Yo no sé que estará pensando Ashley pero sin duda no tiene nada que ver con cómo conocí al engreído de Harry.

-Ayer en la plaza la rescaté de ser tirada- dice Harry guiñándome el ojo como si lo que hizo ayer fuera el acto de valentía más grande- pero en fin, Alice, este es mi lugar ahora, puedes ir a buscarte otro- y diciendo eso puso sus cuadernos en la banca y se sentó

"Brillante, lo único que me faltaba para este gran inicio."

Ashley se me quedó viendo como si tratara de disculparse por la actitud de Harry. Decidí brindarle una sonrisa, al fin y al cabo no era su culpa que él fuera tan molesto, no iba a dejar amargarme por él.
Me fui a buscar un lugar vacío, junto al niño más estudioso y tímido del curso pero tan si quiera no era molesto. El profesor comenzó con su clase y me olvidé por un momento de lo insoportable que era Harry.

Ángel | #WOWAwards2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora