IV. Te odio

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Te odio. Odio todo de ti. Odio tu sentido del humor raro y sarcástico que nunca entiendo, no sé si te burlas de mí o dices realmente las cosas cuando hablamos.

Odio tu mirada de superioridad, cómo buscas mis ojos cuando estamos frente a frente y pareces retarme con ese gesto.

Odio que aveces parece que no te importa lo que siento, tus cambios de humor sin sentido y tus formas de expresar las cosas que parece que te molestara hablar conmigo.

Odio como dices que me quieres pero no lo demuestras, odio que no puedas quererme de la forma en que yo te quiero, odio que yo tenga que pedirte las cosas para que tengas iniciativa.

Odio como parece que pudieras reemplazarme fácilmente y como hablas de otras personas como si a mí no fuera a importarme, odio que no tomes en cuentas mis sentimientos al momento de hacer algo que pueda afectarnos a ambos.

Odio que puedas dejarme cuando quieras, odio no saber si tú estarías tan triste sin mí como yo lo soy sin ti, odio que hagas cosas que me lastiman sin darte cuenta.

Odio esa sonrisa de superioridad que sueles dar en varios momentos, odio ese ego que me hace arrepentirme de decirte algo lindo, odio que reacciones mal a cosas que yo hago sin darte cuenta que tú haces lo mismo.

Odio que me hagas sentir inseguridad, odio que no te importe, odio tus burlas y odio todas las veces que me hiciste llorar en medio de la noche.

Odio que no me entiendas y que me culpes de cosas que no valen la pena, odio que no trates de comprender como me siento y solo te fijes en ti.

Odio amarte, odio quererte, odio sentir algo por ti.

Pero también te amo.

Amo la forma en la que brillaban tus ojos al verme, como tu corazón se aceleraba cuando estábamos cerca, como nuestras conversaciones fluyen sin forzarlo.

Amo que tu mirada me busque en todo momento y esos pequeños gestos cuando nos encontramos. Amo esa sonrisa y ese hoyuelo adorable. Amo como nos tomamos de las manos y no nos soltamos.

Amo tantas cosas de ti y odio tantas otras cosas.

¿Por qué las cosas tuvieron que cambiar? Estábamos tan bien y de la nada todo se volteó y comencé a odiarte.

Te odio, pero te amo.

Odio amarte.

Pero no puedo dejar de hacerlo.

Amo como te despides de mí, pero odio que lo hagas por compromiso.

Amo que siempre me respondas lo más rápido que puedes, pero odio que sea con frialdad y tan secamente.

Amo tu risa, pero odio que sea en mi contra.

Te odio a ti y me odio a mí por amarte.

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