Historias del Corazón

VIII. Solo tú

Hay tantas cosas de ti que nunca había notado. Ese brillo en tus ojos cuando hablas de lo que te gusta, ese único hoyuelo en tu mejilla izquierda que se forma cuando sonríes, como sueles tocar mucho tu cabello al sentir nervios.

Son cosas que son solo tuyas, pequeños detalles que descubro cada día, cada vez que te veo, no puedo evitar notarlos porque siempre te estoy mirando.

De algún modo siempre te busco, siempre te espero, siempre sonrío cuando veo un mensaje tuyo, siempre que salimos me siento completamente feliz de formas que nunca había creído.

Veo tu cabello desordenado moverse con el viento, tu risa se vuelve mi adicción, las canciones empiezan a tomar sentido.

Hablamos todos los días siempre que podemos, pienso mucho en ti, no puedo evitarlo, pero seguimos recalcando nuestra amistad.

Muchos me dicen que podríamos ser algo más, pero están locos, solo somos amigos.

Amigos que cruzan miradas accidentales, amigos que siempre están juntos, amigos que sonrien siempre que se ven.

Amigos.

Quizás estoy entrando en la locura al pensar en esto, quizás es solo un momento de confusión.

No tiene sentido que siga pensando así, solo tú puedes hacer que me sienta así.

Solo tú haces que mi día se alegre cuando es gris, solo tú haces que me inspire, solo tú logras que me sienta bien conmigo.

Y te sigo viendo, veo esos pequeños detalles que solo tú tienes. No quiero arruinarlo, no quiero que esta amistad se arruine por esto.

Quería negarlo, quería negar cómo me siento al ver ese brillo en tus ojos, negar que me haces sonreír solo al verte en la distancia.

Pero ese toque tuyo cuando estás cerca mío, ya no puedo negarlo más, me enamoré de ti sin quererlo.

Y solo tú pudiste causarlo.