Historias del Corazón

XV. Platónico

No sé en qué momento empecé a mirarte más de lo normal, a querer estar cerca tuyo. Comenzamos a hablar de un día para el otro, como si nos conociéramos de toda la vida.

Pero lo nuestro se quedaba en una amistad, algo complejo y platónico. Y a pesar de que todos decían que deberíamos estar juntos, eso nunca ocurriría.

Quizás haya una mínima posibilidad, una barrera fácil de romper que tú nunca te atreverías a cruzar.

Dices que no te interesa, que estás bien así, pero sé que nuestras miradas no son accidentales, sé que no te comportas de esa manera con todos a tu alrededor.

Dices que soy especial para ti, que soy a quien más quieres en tu vida, pero no podemos llegar más allá de una amistad, aún así casi cruzas esa línea con alguien más.

¿Por qué? ¿Por qué no yo? Quizás no soy suficiente, quizás no quieres arruinarlo. Hay tantas posibilidades pero en gran parte de ellas no estamos juntos.

Y estoy empezando a sentir tanto por ti. No puedo dejar de pensarte, de anhelar nuestro encuentro, de hablar de ti siempre, de esperar tu mensaje.

Quizás en algún momento te des cuenta de lo cerca que estoy de ti, se lo que podríamos ser si nos diéramos esa oportunidad.

Pero tratas de encontrar el amor en alguien más mientras veo a lo lejos tu sufrimiento. Si tan solo me miraras un poco más te darías cuenta de eso, pero se queda ahí.

Y nuestros encuentros se quedarán en algo simple, palabras vacías y miradas ocultas. Queriendo encontrarte cada vez más, pero sin poder hacerlo.

Estás tan lejos y tan cerca, parece que nunca lograré alcanzarte y quizás así se quede para siempre.