El Encuentro

49 2 0
                                    

A la hora en que la luna alcanzaba su punto más alto en el cielo, el dueño de la biblioteca central del pequeño y misterioso pueblo de Villa Aldres, un lugar que había sobrevivido a la presencia del temido Brujo Escarlata, se encontraba organizando su colección. Este brujo era una pesadilla para cualquier lugar que visitara, destruyendo todo a su paso. La ventaja de Villa Aldres era su ubicación entre montañas, lo que la hacía difícil de encontrar y la razón por la cual el Brujo Escarlata nunca había llegado a causar estragos allí.

La puerta de la cafetería se abrió, y el propietario de la biblioteca, Jesús, entró saludando al recepcionista, Jerry, quien lo esperaba con el café que siempre pedía.

Jesús:

Un gusto verte de nuevo, Jerry.

Jerry:

Igualmente, Jesús. ¿Cómo fue tu día?

Jesús:

Se puede decir que bien. Llegaron unos nuevos libros que tengo que organizar antes de cerrar por hoy.

Jerry:

¿Nuevos libros? ¿Y de dónde los trajeron?

Jesús:

Del pueblo vecino, a unos cuantos kilómetros de aquí. No recuerdo bien su nombre.

Jerry:

¿Hablas de Whispering Pines?

Jesús:

Sí, exactamente, ese es el pueblo de donde los trajeron.

Jerry:

¿Pero ese no fue el pueblo donde...?

Jesús:

Donde ese maldito encerró a todo el mundo dentro de una ilusión para su propio placer y mató a varios en su mundo de fantasía.

Jerry:

Tengo entendido que algunos residentes que sobrevivieron relataron que él creó un mundo donde actuaba normal y hasta tenía una pareja y una vida cotidiana, como en una serie de televisión.

Jesús:

Me enteré de esos rumores. Igualmente, no quita que sea un monstruo peligroso que está suelto y ha causado daños terribles a gente inocente.

Jerry:

¿Pero y si solo es alguien que está perdido? Digo, porque en lugar de usar a la gente de ese pueblo como esclavos, solo los usó para ser personajes de una serie de televisión donde hasta era feliz con una pareja.

Jesús:

No me digas que sientes empatía por ese monstruo, ¿o sí?

Jerry:

Yo... No lo sé, solo estoy...

Villa Aldres: Secretos de AquelarresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora