El grupo avanzaba por el sendero, buscando la siguiente prueba. Apenas habían pasado unos minutos desde su llegada, y ya se mantenían alerta, pues no dejaban de escuchar pisadas y sonidos extraños provenientes de varias direcciones.
Andrew:
Oigan, de verdad que este lugar está empezando a darme algo de miedo.
Dijo el joven, nervioso, mientras observaba cómo las ramas de los árboles se movían debido al viento. Todo estaba en un relativo silencio.
Alexander:
Sí, de verdad es algo tétrico...
Respondió Alexander, con un tono sombrío.
Haru:
Solo manténganse alerta y no dejen de escuchar su entorno...
El grupo siguió caminando cuando, de pronto...
Flori:
Alto, deténganse un momento.
Jesús:
¿Ahora qué pasa?
Respondió el brujo, con un tono molesto.
Flori:
Escuchen...
El grupo escuchó con detenimiento y solo lograban notar el sonido del viento. De la nada, Flori, concentrada en lo que sea que escuchó, alzó su mano y, usando su magia con una velocidad increíble, hizo crecer una rama de uno de los árboles. Esta terminó atravesando a un brujo que saltó de los arbustos, sin darle oportunidad de reaccionar.
Andrew:
¡Demonios!
Ryan:
¡¿Pero qué rayos?!
El grupo quedó sorprendido, viendo cómo la bruja, tras completar su cometido y acabar con la amenaza, devolvió la rama a su tamaño original, dejando caer el cuerpo sin vida del brujo que iba a atacar al aquelarre por sorpresa.
Flori:
Ni siquiera tuve que verlo a los ojos. Lo maté en cuestión de segundos. Simplemente patético.
Dijo la bruja, con un tono decepcionado y enojado por el insignificante reto que representó el ataque de aquel brujo.
Ryan:
¿Pero cómo...? Ninguno de nosotros lo escuchó venir. ¿Cómo es que lo supiste?
Flori:
Tengo una conexión con la naturaleza, animal. Por algo soy una bruja verde. Sentí sus pisadas en el camino y sabía que estaba por atacarnos.
Dijo la bruja de forma seria y directa mientras continuaba caminando, sin siquiera observar la cara del brujo que acababa de matar.
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Villa Aldres: Secretos de Aquelarres
Ficção CientíficaEn el misterioso y pequeño pueblo de Villa Aldres, un antiguo brujo llamado Jesús Ravenwood, que había perdido sus poderes de forma inexplicable hace mucho tiempo, se encontraba organizando su biblioteca mientras la luna estaba en su punto más alto...