Una noche en el Hotel

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Alexander:

¿Cómo que eres un brujo de sangre?

Haru:

Mi padre era un hombre ordinario, pero mi madre era una antigua bruja muy experimentada. Solo que ella se retiró de la magia para crear una familia.

Alexander:

¿Y eso qué tiene que ver con que seas un brujo de sangre?

Haru:

Los brujos o brujas de sangre son aquellos que nacieron de una bruja. Quiere decir que nosotros, los brujos de sangre, llevamos la brujería en la sangre.

Alexander quedó sorprendido por esta revelación.

Alexander:

Lamento que tengas que pasar por esto.

Haru:

No es tu culpa. Deberíamos entrar al hotel de una vez.

Alexander:

Espera, ¿no vas a decirme que me vaya?

Haru:

Te advertí del peligro y aún así nos seguiste. Es tu decisión y no puedo cambiarla. Solo quería que estuvieras a salvo de esto, pero veo que no puedo hacer nada para detenerte. Ahora vamos, entremos de una vez.

Ambos se alejaron de la camioneta y se dirigieron a la entrada del hotel.

Haru:

¿Qué hora es, por cierto?

Alexander:

Oh, son las 7:00 pm.

Haru:

Bien, esperaba que fuera más tarde, la verdad.

Después de esta pequeña plática, ambos brujos entraron al salón principal del hotel, donde se encontraba Jesús esperando en la fila de la recepción, mientras unos guardias discutían con el joven Andrew y Milo.

Haru:

Claro, veo que no pudieron estar tranquilos sin causar problemas.

Jesús:

Oh, wow, Haru, qué sorpresa. Pensé que dormirías en tu camioneta, espera se supone que ese joven al lado tuyo es...?

Haru:

Es Alexander, el dueño del Mazda que nos estaba siguiendo.

Jesús:

Oh, ya veo. En fin, pediré habitaciones para nosotros. Y ahora que tenemos a dos jóvenes, lo mejor es que tú y el delincuente estén en un cuarto, así no nos joden la paciencia con su presencia.

Villa Aldres: Secretos de AquelarresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora