Pasaron las horas y la luz del sol iluminaba la carretera solitaria por la que se desplazaba el automóvil de Andrew.
Dentro del auto, Andrew se mantenía relajado y calmado, viendo el camino, tarareando una canción y golpeando levemente con sus dedos el volante.
Llevaban en carretera aproximadamente una hora desde que partieron de Villa Aldres y, según el GPS del auto, estaban a poco más de veinte minutos para llegar a las afueras de Silverthorn. Fue entonces cuando Jesús empezó a despertarse.
Andrew:
Oye, aún no hemos llegado como para que te despiertes, ¿no?
Jesús:
¿Aún no hemos llegado? ¿Conduces a la velocidad que conduce una anciana de 80 años?
Andrew:
Claro, lo dice el que tiene 156 años.
En ese momento, Jesús alzó su mano y le dio un manotazo en la cabeza al joven Andrew.
Andrew:
¡Auch! ¿Que no sabes ser otra cosa que no sea agresivo?
Jesús:
Tendré 156 años, pero hasta yo me doy cuenta de que conduces estupendamente lento.
Andrew:
Bueno, no es mi culpa que esa sea la velocidad permitida en esta ruta. Yo solo sigo...
Jesús:
¿Leyes? Qué estupidez. ¿Cómo se supone que sigues leyes en un mundo como este? Somos brujos, las leyes no deberían afectarnos.
Andrew:
Sí, a los brujos con magia tal vez no, pero ni tú ni yo tenemos siquiera algo de magia, por lo que somos como humanos normales. Así, al menos, nos ahorramos problemas con la ley.
Jesús:
Suenas a un anciano, muchachito, y eso que te lo dice alguien con una edad tan extensa como la mía.
Andrew:
Entonces admites que estás viejo, ¿no?
Jesús:
Vuelve a abrir la boca y voy a bajarme y te voy a volver a golpear como en la biblioteca.
Andrew:
Está bien, podemos cambiar de tema.
Jesús:
¿Y de qué quieres hablar, delincuente?
Andrew:
Bien, puedes contarme, no sé, cómo es tu vida, ¿qué te gusta hacer?
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Villa Aldres: Secretos de Aquelarres
Научная фантастикаEn el misterioso y pequeño pueblo de Villa Aldres, un antiguo brujo llamado Jesús Ravenwood, que había perdido sus poderes de forma inexplicable hace mucho tiempo, se encontraba organizando su biblioteca mientras la luna estaba en su punto más alto...